Enojo.
Tristeza.
Rencor.
Cansancio.Eran pocas las palabras que podían describir el sentir de la emperatriz cuando escuchó las noticias llegar por su mucama principal. ¿Un amor del pasado?, ¿Entonces aquel rumor que recibió era real? ¿Su esposo le había sido infiel con una pueblerina del extranjero?,¿Esa mujer había vuelto?.
Doce años habían pasado desde el nacimiento del último hijo de la primera concubina, vio crecer a los hijos de las 'amantes' de su esposo al lado de su princesa; solo sufrimiento había obtenido de la existencia de aquellas mujeres, sobretodo de Benela, quien tuvo el atrevimiento de arrebatarle la vida a Ares, su hijo mayor; a quien no pudo vengar por falta de pruebas. Vio a su princesa, Ariana, crecer rodeada de aquellas personas, personas que en su mayoría era más que obvio que le deseaban el mal pese a ser la única hija 'dentro del matrimonio' del emperador.
Soportó años con dignidad las condiciones en quienes vivía; después de todo, ellas solo eran concubinas mientras que ella poseía el poder de una emperatriz, además de que su 'amado emperador' aún la amaba más que a aquellas mujeres, recordó las veces en las que este intentó explicarle la situación, el llanto de la primera vez y el cansancio de la segunda. Mas no iba a permitir que alguna de ellas pudiera arrebatarle el puesto que tanto se había esforzado por conseguir, ninguna podría atreverse a robar al emperador. ¿verdad?
El corazón del emperador, al menos una gran parte aún le pertenecía... ¿verdad?
"Mi nombre es Iralys, Iralys Vyloth, su majestad."
Finalmente estaba frente a ella: Iralys Vyloth, la nueva concubina que ahora robaba la atención de su marido; una mujer que no solo provocaba de qué hablar ahora, sino también en un pasado con los rumores de su existencia. Si bien no parecía tener una actitud engreída y maliciosa como Benela, algo dentro suyo le hacía desear darle un golpe.
Las demás concubinas estaban en sus respectivos lugares acompañadas de sus descendientes, la primera concubina, también conocida como la rosa roja del imperio, se encontraba observando a la 'nueva adquisición' del emperador de pies a cabeza, como si buscara analizarla; entre las mujeres la más expresiva era Madame Marigold, la segunda concubina, quien mostraba un gesto de tristeza algo notorio, siendo consolada por su hijo.
La situación era tensa, el emperador iba a hablar hasta que fue interrumpido por la llegada de la 'nueva princesa'; tal y como los rumores indicaron, esta poseía un velo que cubría gran parte de su rostro, sus pasos ligeros pero veloces la guiaron a encontrarse con su madre, quien le indicó que hiciera uso de sus modales.
"Me presento ante la familia imperial y pido perdón por los minutos que esperaron por mi falta mía. Mi nombre es Janeth Vyloth, única hija de Iralys Vyloth."
ESTÁS LEYENDO
𝗥𝗼𝘆𝗮𝗹 𝗞𝗮𝗿𝗺𝗮 | Las joyas de la princesa
Fanfiction𝓐𝓻𝓲𝓪𝓷𝓪 𝓭𝓮 𝓢𝓮𝓬𝓻𝓪𝓶𝓲𝓼𝓮, 𝓵𝓪 𝓹𝓻𝓲𝓶𝓮𝓻𝓪 𝓹𝓻𝓲𝓷𝓬𝓮𝓼𝓪 𝓭𝓮 𝓐𝓻𝓫𝓮𝔃𝓮𝓵𝓪... Poseía de todo: El amor de sus padres, la envidia de sus hermanastros, la belleza de su reino en su piel y una mirada que era capaz de robar el coraz...