En el tiempo que Janeth llevaba viviendo en el palacio había podido confirmar un par de asuntos pendientes: Casi todo era igual a sus memorias, resaltando el como su padre, el emperador, poco o nada cuestionaba las acciones de la primera princesa. Es decir, cada vez de que Bávilo intentaba hablar por sí mismo, el emperador lo silenciaba cuestionando el "por qué actuaba como si ya fuera a heredar la corona", pero si su amada princesa optaba las mismas actitudes, solo la felicitaba por su "determinación por probarse a sí misma".
Decidida a hablar un poco más al respecto con su padre, le sugirió a su madre el concertar una "pequeña reunión padre-hija" para poder conocerse mejor, ya que durante el tiempo que habían pasado, casi no habrían tenido pláticas entre ellos dos. Emocionada por la proactividad de su única hija, Iralys no dudó en hacer llegar aquel pedido a su amado "esposo", quien al ver la emoción de su amada concubina no pudo evitar aceptar su pedido.
Esto había sido el cimiento para que este escenario se creara; ahora padre e hija compartían una casi silenciosa fiesta de té en una zona del jardín, si bien ambos habían intentado mantener viva una conversación trivial, era ciertamente difícil para el par que no compartía tantas memorias entre ellos.Negándose a perder su objetivo, Janeth soltó un suspiro tras beber un sorbo de su dulce té, dejándolo en su lugar antes de volver a pensar en un nuevo tema sobre el que hablar; para su sorpresa, el emperador inició la plática.
"Ciertamente eres muy parecida a tu madre, Janeth, luces casi exactamente igual a ella en su juventud.""¿Es así? Siendo que mi madre no pudo conservar muchas fotos de su juventud, no pude evitar preguntarme el como era su vida antes de tenerme..."
"¡Por suerte tu padre aún conserva muchas memorias de ella! Verás, cuando conocí a tu madre, conocí a alguien lleno de energía positiva, alguien que a pesar de todo, siempre buscaba salir a delante con lo que deseaba; de ese tipo de personas que pueden conectarse fácilmente con quien los rodea."
El emperador mostraba su agrado al hablar del tema, recordando con nostalgia a aquella determinada bailarina que lo encantó a primera vista; Janeth por otro lado había conocido a una mujer que estaba dispuesta a ceder para mantener a su hija a salvo. Al parecer el embarazo y el dejar su sueño atrás había cambiado su actitud. El emperador continuó.
"No soy ajeno a saber lo mucho que le gusta hablar con las mucamas, si bien algunas de ellas lucían incómodas por el hecho de que Iralys fuera recibida como concubina tan repentinamente, ahora parecen llevarse muy bien... Aunque me parece curioso el como ella no le gusta mantenerse quieta y disfrutar de los lujos, la he capturado un par de veces arreglando el jardín o limpiando su habitación aún cuando ya hay quienes pueden hacerlo por ella."
"Así es mi madre, ciertamente tiene muchísima más energía que yo a pesar de yo ser más joven que ella. Quizá es la costumbre derivada de nuestra vida como servidumbre en Marloe. Si a usted, emperador, lo llevaran a trabajar y vivir como parte del pueblo, se le dificultaría olvidar sus costumbres de un día para otro."
"Hablas con mucha razón, cambiar el entorno no significa que lo que uno haya vivido y sus costumbres vayan a cambiar de la noche a la mañana. Si bien ya no pertenece al pueblo de Marloe, aún sigue siendo la misma mujer que vivió toda su vida allí, sin contar los años en los que se acostumbró a la rutina de una ama de llaves.""Se podría decir que su conexión con el pueblo de Marloe es muy fuerte, dicho esto... Le quería comentar sobre mi paseo por la capital de Arbezela, padre."
Era el momento indicado, ya que su padre se encontraba de buen humor tras la plática sobre su amada concubina, por lo que tomando un largo sorbo de su té, le concedió la palabra. Ante la oportunidad Janeth puso en marcha el inicio de su plan.
"Acompañada de mi escolta, conocí mejor ciertas zonas de la capital, es hermoso el como cuidan tan bien del pueblo, padre, es digno de enorgullecerse. Ver como la gente confía tanto en la familia imperial es una buena señal de que este es un imperio sano y que puede solucionar sus problemas en el instante en el que surgen."
"Me alegra que te hayas divertido, ha pasado un tiempo desde que fui personalmente; el trabajo suele acumularse rápidamente si te distraes."
"¿Oh? Por lo que tengo entendido, el emperador y la emperatriz se dividen el trabajo del palacio: La emperatriz se encarga temas sociales de bien común, economía familiar, salud publica , educación de la población en el imperio; mientras que el emperador se encarga de los temas externos a lo social del imperio; tanto sea como la política externa en los territorios conquistados y además también se le designa el trabajo de la verificación en administración junto a la cámara de nobles. ¿Estoy en lo correcto?"
"Has prestado atención en tus clases, bien hecho. Me preocupaba que no pudieras adaptarte al ritmo de los maestros que la emperatriz envió."
"Agradezco su preocupación, cuento con la suerte de haber sido guiada por maravillosos docentes; pero también me gustaría que aquella experiencia lo pudieran vivir los ciudadanos de nuestro imperio, sobretodo aquellos del cerrado distrito 27, quienes a pesar de estar junto al centro de la capital, parecen haber sido olvidados por su majestad."
Janeth mostró un gesto de tristeza al suspirar, lo que captó la atención del emperador, quien escuchaba con consternación: Si bien él conocía ciertos sectores a los cuales la ayuda tardaba en llegar, lo dejó pasmado el escuchar que un distrito tan cerca de la zona más concurrida de la capital se encontrara en mal estado, mucho menos recordaba que se le hubiera informado al respecto.
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𝗥𝗼𝘆𝗮𝗹 𝗞𝗮𝗿𝗺𝗮 | Las joyas de la princesa
Fanfic𝓐𝓻𝓲𝓪𝓷𝓪 𝓭𝓮 𝓢𝓮𝓬𝓻𝓪𝓶𝓲𝓼𝓮, 𝓵𝓪 𝓹𝓻𝓲𝓶𝓮𝓻𝓪 𝓹𝓻𝓲𝓷𝓬𝓮𝓼𝓪 𝓭𝓮 𝓐𝓻𝓫𝓮𝔃𝓮𝓵𝓪... Poseía de todo: El amor de sus padres, la envidia de sus hermanastros, la belleza de su reino en su piel y una mirada que era capaz de robar el coraz...