Ansiedad y... cosas Verdes

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La entrada del jardín de niños era lo que se podía esperar de un lugar así en una gran ciudad, grande, colorida y repleta de niños acompañados de sus padres.
Gregorio no lo pensó dos veces y se adentró al lugar con esa curiosidad infantil que se esperaría de alguien como el, sin embargo su hermano menor, Andrés, miraba a su madre con indecisión.

El peliazul apretó la mano de su madre, no estaba seguro de querer entrar.
– Anda, entra, mira lo divertido que se ve– le sugirió la mujer, si Andrés fuera un poco mayor o si hubiera prestado atención en ese momento podría haber captado la mueca de preocupación en el rostro de su madre, pero, el muchacho encontraba otras cosas más importantes en ese momento, cómo encontrar a su hermano mayor quie había desaparecido de su vista entre el montón de gente.

Lleno de ansiedad por no poder ubicar a su gemelo, Andrés por fin le soltó la mano a su madre y salió corriendo en dirección al jardín de niños sin siquiera despedirse o prestarle atención al grito de "buena suerte" que le había lanzado la mujer pelirosa.

Nunca se había separado a esa distancia de Gregorio. Estaba a punto de entrar en pánico, comenzó a correr entre la gente, empujando a cualquier estúpido que se metiera en su camino o no fuera lo suficientemente sabio como para apartarse al verlo acercarse.
Corrió tanto como pudo hasta que sus ojos pudieron detectar algo de color rosa, los cabellos de su hermano mayor.

Mientras más se acercaba a esa dirección, más clara era la escena ante sus ojos, un niño raro de pelo rizado y de un color verde chillón le ofrecía una flor a un confundido Gregorio. Andrés se acercó decidido a recuperar a su hermano – Mamá siempre nos dice que no debemos hablar con desconocidos– comentó el peliazul, mirando de arriba a abajo al niño extraño cuando estuvo lo suficientemente cerca, tomando de la mano a su hermano mayor –No soy un desconocido, me llamo Armando– frunció el seño al oír la respuesta de del de cabello verduzco.

Gregorio sabía que debía intervenir, la mano de su hermano menor comenzaba a lastimarle de lo fuerte que este estaba apretando y sabía que pronto pasaría a mayores si Andrés no sé calmaba – Está bien, es un nuevo amigo, no te preocupes Andrés– comentó Gregorio antes de que su hermano menor pudiera agregar algo más, sintió el apretón aflojarse de a poco, hasta soltarle la mano – ¿Amigo?– preguntó el menor de los gemelos, mirando al niño extraño – Amigo– respondió su hermano con una sonrisa.

Armando por su parte, no sabía que hacer, el solo tenía la intención de darle una flor al lindo niño de pelo rosa que se encontró, no sabía que vendían paquetes de 2x1, es decir, no estaba quejándose solo estaba algo sorprendido.

Si Pudiera Prestarte Mis Ojos (Unicorn Wars)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora