el salvador

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Andrés se despertó después de su hermano, cómo ya era costumbre de ambos, estaba seguro de que ese día sería igual de aburrido que los demás.
Al mirarse al espejo para alistarse, noto algo extraño que le hizo pegar un grito -¡AAAAAAAH! ¡MI PELO! ¡¿GREGORIO QUE MIERDA HICISTE?!- empujó con el brazo todas las cosas fuera del tocador, haciendo que varias de estas se rompieran, estaba furioso y en pánico.

Cuando Gregorio entró a la habitación, fué recibido por un frasco de alguna crema que fué lanzado a su cabeza el cual logró esquivar por poco y este se estrelló en la pared detrás de el, - Tranquilo, déjame ver ¿Que te pasó - se acercó con paciencia a su hermano para revisar lo que sea que le hubiera echo enfurecer, Andrés quien seguía terriblemente molesto le dejo revisar, el rostro del mayor de los gemelos palideció al ver que un mechón de cabello del peliazul había salido cortado, no era tan notorio, sin embargo uno podría notarlo si lo observaba por mucho tiempo.

Salieron ambos rumbo a la escuela, Andrés llevaba una gorra que fué la única solución en la que los hermanos pudieron pensar, ninguno de los dos sabía como había pasado el asunto del mechón o quien podría haberlo hecho.

Al encontrarse con el resto de su grupo de amigos, estos se preocuparon por la cara de pocos amigos que Andrés llevaba. - ¿y ahora tu qué traes?- preguntó Carlos, sorprendiendo a los demás, lo más sensato al tratar con Andrés sería ignorar el problema y distraerlo hasta que el enojo se pase, no hacerlo hablar de el.

- ¡mira! ¡Un imbécil me hizo esto!- respondió el peliazul, levantando la gorra para dejar ver el mechón de cabello más corto que el resto, ganándose una risita de Carlos, - ¿Es por eso? Tiene arreglo, mira- el rubio se acercó y removió el pelo del menor de los gemelos un par de veces, con el nuevo peinado el mechón de pelo se ocultó entre los demás, ahora era menos notorio que antes, - listo ¿Viste?-

Andrés sacó un pequeño espejo de su mochila, inspeccionó su peinado un par de veces y sonrió satisfecho, -sip, eso bastará- los demás suspiraron aliviados y Carlos sonrió orgulloso de su trabajo, la crisis fué completamente evitada solo revolviendole el pelo al chico.

- Andrés ¿Puedo hablar contigo?- preguntó el Pedro después de clases, jalandolo de la manga para guiarlo con el, - a solas- agregó el pecoso cuando notó que los demás los demás comenzaban a seguirlos, Andrés miró a los demás y después a Pedro, par...

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- Andrés ¿Puedo hablar contigo?- preguntó el Pedro después de clases, jalandolo de la manga para guiarlo con el, - a solas- agregó el pecoso cuando notó que los demás los demás comenzaban a seguirlos, Andrés miró a los demás y después a Pedro, para finalmente asentir algo extrañado, - Bueno, te sigo- respondió finalmente, dejándose guíar por el muchacho que sostenía la manga de su uniforme.

Cuando llegaron a un lugar lo suficientemente apartado dentro de la escuela, Pedro comenzó a rebuscar entre el contenido de su mochila, hasta que encontró lo que buscaba, un libro bastante extraño y que parecía extremadamente viejo, un corazón con un ojo que parecía mirarlo fijamente estaba ilustrado en la portada, Andrés incluso se movió un poco para verificar si este lo seguía o no.

Pedro comenzó a hablar emocionado, abriendo el libro y ojeando el contenido, como si buscara algo - De esto te quería hablar, estas son las enseñanzas de la iglesia de mi padre, mira Azulin-
Andrés frunció el seño, habían de cosas turbias a cosas turbias y, aunque respetara la religión de su amigo y la familia de este, no se sentía cómodo con esa situación, - Pompom, si empiezas con tus cosas turbias te voy a dar un puñetazo y me largo de aquí- no era una amenaza, de la boca de Andrés sonaba más como un aviso.

Si Pudiera Prestarte Mis Ojos (Unicorn Wars)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora