la máscara

270 39 4
                                    

Andrés se acercó hacia su hermano mayor, ignorando al muchacho de pecas tirado en el suelo – Gregorio – murmuró el enmascarado, su hermano se retiró varios pasos, no parecía reconocerlo, ninguno de ellos, de hecho.

En un momento de valentía, el mayor de los gemelos pegó un grito – ¿¡QUE HICIERON CON MI HERMANO?!– Andrés nunca había visto tan enojado a su hermano mayor, – a caso... ¿no me reconoces?– el peliazul dirigió su mano a su máscara y, después de unas pocas dificultades, logró retirarla dejando a los demás ver su rostro, – Gregorio, soy yo–

Las caras de los demás presentes demostraban horror, todo el mundo parecía impresionado por la falta de ojo y piel en el rostro de Andrés, – pero... ¿Que sucedió? ¿Que hiciste?– cómo se atrevía su hermano a pensar que aquello fue culpa suya, si, siguió a un imbécil a un culto, pero lo demás no había sido obra de el.

Antes de que Andrés pudiera hablar, un lloriqueo se hizo presente, la niña de antes seguía ahí, fué insultante el ver cómo Gregorio corría hacia ella y la abrazaba, intentando consolarla, pero a él únicamente lo había visto con horror.

– Azulin – Pompom se arrastró hacia el, sujetando la pierna de su pantalón en un puño, Andrés le miró, curioso – debes matarlos, mira, tu hermano es un traidor y la niña es un unicornio, cumple con tu destino – Andrés volvió a mirar la escena, estaba en un conflicto, una parte de el quería hacerle caso a Pompom, la otra, no podría nunca llegar a hacerle daño a su hermano.

Carlos se dió cuenta de la situación y jaló a Andrés hacia el – estábamos muy preocupados por ti, especialmente Gregorio– aseguró el rubio más alto, apretando al muchacho en un abrazo, alejándolo unos pasos de Pompom quien no hizo nada más que mirar con rabia la situación.
Únicamente así el enojo de Andrés pudo calmarse, el también importaba y no estaba solo, cuando el abrazo terminó, Andrés le tomó la mano a Carlos e intentó ignorar a Pedro por completo, que seguía repitiendo que debía dañar a su hermano por ser un traidor.

Únicamente así el enojo de Andrés pudo calmarse, el también importaba y no estaba solo, cuando el abrazo terminó, Andrés le tomó la mano a Carlos e intentó ignorar a Pedro por completo, que seguía repitiendo que debía dañar a su hermano por ser un...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando las autoridades se adentraron en el edificio, Andrés los guío por los pasillos que tantas veces había recorrido, hasta llegar a liberar a todo prisionero que se encontrara ahí.
Todo el rato sin soltar la mano de Carlos, Andrés no se sentía seguro en ese lugar, no caminando solo.

Si Pudiera Prestarte Mis Ojos (Unicorn Wars)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora