sentimientos

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Mientras su padre y su madre hablaban con las autoridades, un muy preocupado Gregorio estaba sentado en un sillón en la sala de estar con Armando y Carlos intentando consolarlo, su hermano menor había desaparecido ya hace dos semanas y no había noticia de el por ningún lado.

–De seguro aparecerá pronto, no llores, todo está bien – dijo Armando tomando la mano de Gregorio y comenzando a acariciarla suavemente, en un intento de calmar los sollozos del pelirosa.
– es que no entiendo, mi hermano no es así, no desaparecería de la nada– gimoteó el mayor de los gemelos.

Escuchando todo, Carlos frunció el seño, algo raro sucedía y no sabía porque, pero tenía un muy mal presentimiento.

Andrés se estaba recuperando rápidamente, con la ayuda de Pompom ahora podía moverse por los pasillos del culto sin mucha dificultad

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Andrés se estaba recuperando rápidamente, con la ayuda de Pompom ahora podía moverse por los pasillos del culto sin mucha dificultad.
Ahora mismo estaba esperando a que el pecoso regresara de la escuela, el no podía ir en ese estado, no quería que nadie viera su rostro fuera o no por accidente.

Andrés se puso a pensar en todo lo que había pasado y en como últimamente estaba sintiéndose más agusto en el culto, con la presencia de Pompom a su lado tan agusto que incluso cuando no estaba este se encontraba pensando en el y en lo que podrían hacer juntos.

La puerta de su habitación se abrió despacio – ¿Teniente Azulin?¿Está ahí?– resonó la voz del rubio pecoso por la habitación, Azulin se levantó despacio de la cama, se colocó la máscara y caminó hacia la puerta para recibir a su amigo.

Tomó al rubio de la muñeca y lo jaló dentro de la habitación – ¿Cómo estuvo la escuela, cabo Pompom?– preguntó el peliazul, sentándose en la orilla de su cama, – no pasó mucho, es aburrido sin usted, teniente – Pompom suspiró, le entristecía un poco el ya no tener cerca a su amigo cuando iba a la escuela, pero, que esperara por el se le hacía un gesto increíblemente dulce.

– De hecho si pasó algo interesante, encontré a Carlos con una chica, era muy linda– mintió Pompom, quien detestaba al otro rubio con todas sus fuerzas, – ah... – Andrés no supo que responder, le había dolido el comentario, llevaba dos semanas desaparecido y Carlos se iba con una chica cuando pasaba la mayor parte del tiempo con el.
– pero no se preocupe, teniente, me tiene a mi, yo no me iré con chicas nunca – Pompom le tomó de la mano y se recostó en su hombro, Andrés no se movió un solo centímetro y se dejó hacer – juntos por siempre, ¿Se imagina, teniente?– a Andrés le sorprendía que, aún con su cara destrozada, hubiera alguien que le quisiera así de intensamente.

Si Pudiera Prestarte Mis Ojos (Unicorn Wars)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora