Un viaje de madrugada

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Andrés no podía conciliar el sueño, el muchacho solo daba vueltas en su cama sin poder dormir, ya desde hace unas pocas horas Gregorio había quedado completamente dormido así que no podía hablar con el acerca de sus preocupaciones.

Rodó una vez más para encender la luz en su mesita de noche, el libro extraño lo estaba perturbando mucho, ni siquiera sabía porque lo había traído a casa con el, sucumbiendo ante la tentación y la curiosidad tomó el libro sospechoso cuyo ojo parecía que no dejaba de mirarlo y que incluso iba a parpadear en cualquier momento.
Suspiró levemente, mentalizadose para lo que iba a hacer y comenzó a hojear el escrito.

En un punto de la noche incluso comenzó a leerlo, no terminaba de creerse las cosas que se planteaban, pero algunas otras tenían mucho sentido, por fin llegó a la parte de lo, que se supone, que fue su vida pasada y la de su hermano.

Frunció el seño mientras leía, el libro detallaba la historia de dos hermanos enlistados en una guerra, osos, unicornios, parecía más una historia para dormir que un pasaje del libro central de un culto. Mientras continuaba leyendo, Andrés escuchó un ruido que parecía ser proveniente de la cocina, por reflejó apagó la luz, escondió el libro y se recostó, fingiendo estar dormido.

Pedro volvió a entrar a la casa de Andrés y Gregorio, el culto requería no solo cabello también buscaban lágrimas y sangre, pronto el gran teniente Azulin recuperaría todos sus recuerdos, pronto el volvería a ser su Pompom.
El rubio de pecas entró en la habitación, con cuidado de no despertar a los gemelos, se dirigió a la cama más cercana a la ventana y se dispuso a mirar por unos segundos a Andrés, se veía perfecto cuando dormía y es que lo era, –lo siento, Azulin, te dolerá un poco – se disculpó en un susurro el pecoso, sacando una jeringa de su bolsillo, listo para extraer la sangre del muchacho.

Por su parte Andrés solo se concentraba en fingir estar dormido, respiración suave y rítmica, ojos cerrados, boca abierta, aparentar estar relajado, de pronto sintió un pinchazo en su muñeca e hizo su mejor intento para mantenerse relajado, el rubio estaba extrayendo su sangre, después de unos segundos el dolor había desaparecido, sintió algo tocar sus labios, escuchó el remover de algunas telas y después unos pasos silenciosos.

Decidió que era tiempo de abrir los ojos, ahora tenía algo que hacer, dormir estaba sobrevalorado, se levantó de su cama y caminó con cautela siguiendo a la figura obscuridad saliendo de su habitación a la que había identificado como Pedro.
Lo vió salir por la ventana de la cocina, esperó un segundo e hizo lo mismo, caminando a una distancia prudente de la silueta.

Vió entrar al pecoso a una iglesia con decoraciones de corazones, le pareció extraño que no se detuviera a cerrar el portón sin embargo decidió acercarse unos pasos más.
Cuando estaba a punto de entrar, sintió un golpe muy fuerte en su cabeza.
todo se había oscurecido de un segundo a otro.

Si Pudiera Prestarte Mis Ojos (Unicorn Wars)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora