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         ― ¡No tiene autorización!

Jin que estaba detrás de Jeon se encogió de hombros.

― Es el rey, majestad, tiene la misma autoridad ― le dice Jin.

― Es el despacho del rey Jeon.

Seokjin arqueo una ceja.

― Es también el rey Jeon. Adquirió su apellido, majestad ― le indica Jin y Jeon se voltea a mirarlo.

― No se comporta como rey, simplemente parece un niño caprichoso que quiere venir a mandar aquí ― dice Sir William.

― Y lo voy a poner en cinta en este momento ― gruño Jeon, caminando a paso rápido. Los sirvientes hacían reverencias y se alejaban corriendo de la figura feroz que andaba en los pasillos.

― Jungkook, cálmate ― le pidió Jin corriendo detrás del rey. Se tomaba esas atribuciones debido a que durante toda su vida a estado con Jungkook y ha sido como un hermano para él.

Jungkook no escucho y siguió andando hasta abrir de par en par azotando las puertas. Los cinco caballeros ahí alzaron sus espadas en guardia. Sin embargo, Jimin quien estaba sentado en la silla ni se inmuto, seguía escribiendo.

― Bajen las armas ― les ordena Jimin sin alzar la vista. Se había saltado el almuerzo, simplemente comió unas cuantas frutas y bebió agua mientras seguía revisando todo. Esperaba poder cenar bien.

Jungkook se adentro aireado y estampo las manos contra el escritorio.

― ¿Con que derecho entras a mi despacho y comienzas a dar órdenes?

Jimin seguía escribiendo atentamente.

― Estamos casados, querido.

― Eso no te da derecho a ordenar todo lo que quieras ― le indica Jungkook. Jimin deja la pluma en su lugar y le pasa los papeles a Chanyeol.

― Eso me convierte en tu omega y en el rey de la nación junto contigo. Tenemos los mismos derechos. Hice un juramento y es proteger a la nación. Se más fuerte, más valiente y no temas a nada ― dice Jimin, mirando a Jungkook ―. Quiero proteger al reino, así que siéntate, amor mío, y escucha lo que le diré a Sir Willian Hosk que estoy seguro que saldrá con la cola entre las patas.

Jungkook se quedó quieto, su corazón al punto de salirse, jamás nadie le había ordenado así, pero cuando Jimin lo hizo en esa ocasión repentinamente no se sintió enojado, sino más bien excitado. Por eso, se dio la vuelta y se apoyo en el escritorio con los brazos cruzados.

― Cierren la puerta ― ordeno Jeon. A lo que uno de los caballeros hizo caso.

Jimin quien había estado pensando que Jungkook lo retaria se sorprendio que lo dejara hacer lo que quería y claro que lo iba a disfrutar.

― Tengo preguntas para usted señor Hosk y quiero que responda con honestidad ― indica Jimin mirando al alfa. Es un hombre alto con una panza notable, una barba cuadrada y el cabello en una coleta. Debe tener entre unos cincuenta o sesenta años ― ¿Usted hace las cuentas?

― Así es ― dice Hosk. Jimin arquea una ceja y Jungkook le gruñe a Hosk quien agrega de mala gana a sus palabras: ― Majestad.

― ¿Me esta diciendo que hace todos los números y los suma desde hace años? ― le pregunta Jimin.

― Si, majestad. Desde hace veinte años desde que llegue a mi puesto.

― ¿Nadie más interfiere? Tanto en la corte de espinas y en la gran corte real.

Mi rey (KookMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora