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¡Hola! Bueno pues este primer One Shot tendrá una segunda parte que subiré en unos pocos días y que espero que les guste mucho. Explicarles que en cada uno de los One Shots iré modificando un poco a Vergil, por ejemplo en este tiene los tatuajes de V (ver multimedia), además de que, en su mayoria, serán AU's y no necesariamente se ajustarán al canon de los juegos.

Además de eso intentaré abordar un fetiche o temática diferente en cada One Shot para poder ofrecerles más variedad y que no sea siempre lo mismo.

Asimismo me gustaría en un futuro poder abrir una sección de pedidos en la que podáis solicitar un contenido en específico, pero de momento lo más probable es que al final de cada One Shot os deje una pequeña votación que consistirá entre dos o más temáticas para el siguiente capítulo de este libro.

Sin más que decir, disfruten de este primer One Shot:

***

Getting the Mark

Que Vergil Sparda era atractivo era algo innegable, todas las chicas que dábamos clase con él estábamos de acuerdo en eso. Y es que pese a sus casi cuarenta años de edad, el hombre se conservaba muy bien, y su cabellera plateada siempre peinada perfectamente y sus tatuajes, que serpenteaban y se perdían bajo las mangas de su camisa, le hacían ver más atractivo de lo que ya era, además de darle un aura como de hombre misterioso y peligroso.

Poco se sabía de su vida fuera de clase en realidad, simplemente que era profesor de literatura en nuestra universidad y que tenía un hermano gemelo, llamado Dante, que era la estrella del momento de la música rock.

Era una noche de sábado, y una amiga, Lilith, y yo habíamos salido de fiesta a un pub de la ciudad.

-¿Qué tal llevas el examen del miércoles, Kaida? -Habló mi amiga mientras apartada su melena negra hacia atrás.

-Bueno, más o menos -admití yo -. Espero que Vergil sea compasivo esta vez.

Y es que los exámenes del albino eran casi siempre a pillar. No eran especialmente difíciles, pero tenías que estar muy atento a cada una de las preguntas, incluso leerlas más de dos veces.

-Hablando del rey de Roma... -comentó Lilith, dando un sorbo a su cóctel.

Seguí la dirección de su mirada, encontrando en la barra a nuestro profesor acompañado de su hermano, que ya tenía a unos pocos a su alrededor en busca de una foto o un autógrafo.

-Qué casualidad, no me lo creo -dije yo, realmente sorprendida de ver a Vergil en un lugar como este.

-Anda, ve e intenta sacarle alguna pregunta, seguro que ha bebido y cede -me animó Lilith, empujándome hacia la barra.

-¿Qué? ¡No! -Exclamé yo, ella sacó un billete.

-Yo invito a lo que sea que te pidas -me conocía demasiado bien, yo suspiré y agarré el dinero.

-Bueno... -accedí.

Pronto me adentré en la multitud, llegando con algo de dificultad a la barra. La gente me miraba, y en parte lo entendía, ya que llevaba un vestido negro como de cuero, corto y de tubo, unos tacones rojos y unas medias de red. No me molestaba el llevarme las miradas de la gente, pero en momentos como este resultaba un tanto incómodo. Sacudí la cabeza y mi larga cola de caballo pelirroja osciló con el movimiento.

-Un ron cola, por favor -pedí, alzando un poco la voz para que el barman me escuchase.

-A eso invito yo -la voz de Vergil sonó a mi izquierda mientras extendía un billete al muchacho tras la barra.

One Shots con Vergil SpardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora