One Shots con Vergil Sparda

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N/A: recomiendo que escuchen la canción mientras leen el Shot

Advertencias: AU, Virgin Sex, Amiquesis.

Just Pretend

Dante y yo éramos muy buenos amigos desde siempre. Nos conocimos en primaria y encajamos a la perfección gracias a nuestras personalidades extrovertidas y jocosas, y poco a poco fuimos haciéndonos cada vez más cercanos, hasta el punto de volvernos mejores amigos.

Aunque lo más curioso de mi albino amigo era sin duda su hermano gemelo. No era algo de otro planeta el hecho de tener un hermano gemelo, pero sí tener un hermano gemelo totalmente opuesto a ti: Vergil era una persona totalmente reservada, callada e introvertida, además de alguien selectivo a la hora de elegir sus amistades.

Siempre que visitaba a los Sparda, la madre de estos, llamada Eva, me daba un abrazo y un beso al llegar, y me preguntaba cómo estaba todo. En cierto modo era como si aquella hermosa y rubia mujer sintiera pena de mí, pero estaba acostumbrada a eso.

Y es que yo era una chica relativamente huérfana, ya que el Estado les quitó mi custodia a mis padres, entregándome a mis tíos maternos. Ellos eran buenas personas, me trataban como a una más de la familia, pero siempre estaba esa predilección por sus dos hijos propios que intentaban disimular lo más que podían... pero sin mucho éxito en la mayoría de los casos.

Además, mis primos eran personas con gustos completamente distintos a los míos: mi primo estaba en el equipo de fútbol local y mi prima estaba camino de convertirse en una gran gimnasta, mientras que yo simplemente disfrutaba de estar en mi habitación escuchando heavy metal o cualquier banda de rock, chateando con Dante mientras eso pasaba, o simplemente cantando las letras a todo lo que me daba la voz.

Aun así era feliz, me gustaba mi vida, no me podía quejar, a fin de cuentas, era mejor que tener unos padres drogadictos que no se hacían cargo de ti ni aunque les dieran toda la droga del mundo en compensación. Era triste decirlo, claro que sí, pero era la realidad.

—Podríamos hacernos un canal de YouTube —propuso Dante un día, él estaba sentado en el suelo de su habitación, con su espalda apoyada en la cama y su guitarra eléctrica en el regazo.

—¿Un canal? —Pregunté yo mientras me acercaba al borde de la cama, siempre nos poníamos así, él en el suelo y yo en la cama.

—Por probar —comentó él, encogiéndose de hombros —. ¿Y si suena la flauta y nos hacemos ricos? Piénsalo Alya.

No era algo tan descabellado, no perdíamos nada.

—Bueno, podemos intentarlo —accedí.

Al principio el audio y el video eran desastrosos, pero no por nosotros, sino por el micrófono y cámara que usábamos: el móvil de Dante. Lo grabábamos todo con eso, y aunque no era un mal teléfono, no era lo más apropiado.

—"I want your love, and I want your revenge, you and me could write a bad romance. I want your love, and all your lover's revenge, you and me could write a bad romance!" —Cantaba yo mientras que Dante me acompañaba con su guitarra, habíamos decidido empezar subiendo versiones rockeras de canciones populares.