«¿Por qué la princesa está así? ¿Que oculta?» Pensó la Condesa.
«La princesa parece estar ocultando algo» Pensó Laura.
«¡¿Que le sucede a mi hija?! ¡¿Por qué se puso mal derrepente?!» Pensó la madre.
«¡Alteza tiene que controlarse! ¡O sino todos van a sospechar!» Pensó Charlotte.
Y así. Los pensamientos tan inofensivos empezaron a ser sofocantes para la princesa quien pronto estaba en un ataque de nervios llegando a malinterpretar los pensamientos.
"¡Charlotte las pastillas! ¡Tráeme las pastillas!" Grito la princesa.
"¡S-si a-alteza!" Exclamó la Lady llendo a toda prisa hacia la alcoba de su princesa.
"¡¿Que pastillas?! ¡Laura anda con Charlotte!" Exclamó asustada la emperatriz.
"¡Condesa Eliza necesito que sirvas agua!" Volvió a exclamar.
"Si su majestad" Hablo la condesa.
"Hija trata de tranquilizarte, estás teniendo un ataque de pánico!" Hablo la mayor mientras que observaba la mirada de terror de su hija.
«¿Por qué está así?» Pensó la mayor.
"¡Aquí están las pastillas su alteza!" Exclamó Charlotte.
De inmediato la princesa saco fuerzas de donde sea para tomar una pastilla y tragársela junto con el agua que la condesa Eliza había servido. Después de unos segundos la pequeña se tranquilizó, lo que le estaba sofocando desapareció en un parpadeo. Se sentía mejor pero ahora tenía mucho temor y miedo al pensar en que responder."¿Que pasa? ¡¿Por qué necesitas pastillas?!" Preguntó la emperatriz asustada soltando unas lágrimas.
"Eh, yo-" Hablaba la princesa pero Charlotte, quien sabía la situación de su alteza, decidió ayudarla.
"¡Su majestad! ¡La princesa lamentablemente a estado sufriendo estos ataques de nervios! Por eso necesita las pastillas para que se tranquilize" Mintió la Lady menor.
"¿Como? ¿Y por qué yo no estaba enterada de esto?" Pregunto tratando de recuperar la calma la madre.
"Su hija no quería que usted se preocupara, cuando empezó con estos ataques, recién empezaba el banquete de Año Nuevo, la princesa temía que usted dejara de prestarle atención al banquete por prestarle atención a su alteza" Volvió a mentir Charlotte, actuaba tan bien que la emperatriz Navier empezaba a creer en eso.
"¿E-en serio?" Preguntó la emperatriz.
"Si madre..." Respondió su hija un poco nerviosa.
"Debiste haberme avisado que estabas así" Menciono la madre.
"Yo... No quería que te preocuparas por mí" Hablo la menor.
"De todas formas debiste haberme avisado, bueno ahora tienes que descansar, ¿Quieres que te acompañe hasta tu alcoba y me quedé contigo un momento? Lastimosamente tengo cosas que hacer y no puedo quedarme contigo" Hablo la mayor.
"Tranquila madre, iré con Charlotte, tu puedes continuar con tu trabaj-"
"¡Prince- sa..." Hablo el príncipe Heinrey abriendo de un solo golpe la puerta.
"¿Príncipe Heinrey? ¿Que hace aquí?" Preguntó la menor.
"¿Ah? Eh, pues yo- oí que usted estaba mal, por eso entre de esta forma" Contesto el hombre.
"Claro..." Hablo la menor sin creer la historia.
"Gracias por su preocupación príncipe Heinrey, menos mal ahora mi hija está mejor y se va a ir a su alcoba. Si gusta puede seguir con lo que hacía" Hablo la madre.
"Oh... Me alegro que esté bien, disculpe princesa, ¿Puedo acompañarla?" Preguntó el príncipe. La pequeña estaba se quedó quieta, ¿Que debería hacer? La pregunta le llegó de golpe y no sería buen visto rechazar a un príncipe.
Era claro lo que tenía que contestar."De.. acuerdo" Respondió la menor decaída pero este sentimiento desapareció al ver al príncipe sonreír como un niño y repartir alegría en esa habitación donde hasta ahora solo había tristeza y desesperación.
"¿Vamos mi reina?" Preguntó el príncipe.
"Tengo algunas cosas que debo atender, por eso no puedo acompañar a mi hija, estoy agradecida de que usted quiera acompañarla" Respondió la madre mostrando una leve sonrisa lo cual hizo que su hija se sintiera alegre pues no la había visto sonreir desde hace mucho.
"De acuerdo mi reina, ¿Nos vamos my prince?" Hablo el hombre pero al pronunciar el apodo un escalofrío recorrió el cuerpo de la princesa, había olvidado por completo esto.
"S-si" Respondió. Mientras salían de la habitación el príncipe Heinrey se despedía de su Reina.
La princesa y su dama de compañía se dieron una mirada por lo incomodo que era eso."¿Y que le sucedía su alteza?" Preguntó el hombre.
"Tuve un ataque de nervios, me alivie cuando tome las pastillas que me recomendó el médico real" Mintió la princesa.
"Ya veo..." Hablo el príncipe.
"Príncipe Heinrey, disculpe si es algo repentino, pero... ¿Por qué llama a mi madre 'Reina'?" Preguntó la menor haciendo que el príncipe dudará un poco, en este momento la pequeña desearía no haber tomado las pastillas para poder leer la mente a este hombre.
"Es solo un apodo de cariño" Respondió el príncipe.
"¿Es normal en Occidente poner un apodo a una mujer, que está casada y se puede malinterpretar?" Preguntó sarcásticamente la pequeña haciendo que el príncipe soltara una risa nerviosa.
"No es así princesa, solo que... Siento que mi rei- digo su madre, es mi primera amiga" Respondió el príncipe dejando confundida a la menor.
"¿Como?" Preguntó la pequeña sin entender.
"Pues, al ser el príncipe heredero, que está en la primera línea de sucesión, debo cuidar mi imagen, debo procurar que la gente me vea con buenos ojos, y cuando hago esto. No soy yo mismo, además tengo que ver quiénes en realidad son mis amigos y quiénes solo buscan perjudicarme. En cambio con su madre... Puedo ser yo mismo y se que ella si es una buena amiga. Por eso le tengo tanto cariño, no busco dañar su reputación haciendo que se esparzan lujuriosos rumores sobre su madre y yo. No sería nada bueno para ambos, en especial con los rumores sobre mi" Explicó el príncipe Heinrey.
"Ya veo... Gracias" Hable.
"¿Eh? ¿Como dice?" Preguntó confundido.
"Gracias" Repetí.
"¿Y por qué me agradece?" Preguntó.
"Hoy vi a mi madre so reír después de mucho tiempo, con su alegre personalidad hizo eso posible, por eso, gracias" Explique.
"No hay porque agradecer, pero... ¿Gracias?" Hablo con una risa nerviosa mientras que yo reía.
"Su alteza ya hemos llegado" Hablo Charlotte.
"Oh... Si" Hable mientras entraba a mi alcoba.
"Uhmn... Esto es suyo" Hablo el príncipe, tenía mi obra que yo estaba haciendo.
"Ah si... Es mío, yo lo escribí" Asentí nerviosa.
"¿Así? Sabe... Usted tiene la misma letra de una de mis amigas anónimas" Hablo inocentemente Heinrey.
Lo había olvidado por completo.
¿Se lo tengo que decir?
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Soy la hija de la emperatriz |La emperatriz divorciada|
FantasyNo me importa. He logrado grandes cosas. Aunque no tenga su sangre. Ante los ojos de la ley. Soy la hija de la emperatriz.