–¿Heinrey, estás aquí?– preguntó la rubia abriendo lentamente la puerta de la oficina del rey, sin embargo, el no estaba allí.
Ella soltó un suspiro y camino hasta llegar al centro de esa oficina, era ordenado y tenía casi los gustos que no le gustaban a su madre respecto a la decoración.
Su mirada se posó en un pequeño cofrecito en medio del escritorio que estaba medio abierta.
«No. No soy chismosa, no debo mirar» dijo en su mente, pero la curiosidad mató al gato.
Después de todo, ella ya había leído el diario de Heinrey una vez y lo que encontró fue muy tierno, estaba segura de que está vez sería igual.
Al abrir el cofre por completo se encontró con varios papelitos, pequeños mensajes.
Rápidamente recordó a su madre, ella tenía un cofre pequeño donde tenía todos los mensajes que se enviaba con Heinrey, ¿Esto sería lo mismo?Tomo varios papelitos y comenzó a leerlos, algunos eran serios y otros graciosos.
Puso de nuevo todos los mensajes dentro del cofre y lo cerró al no encontrar nada interesante realmente, pero su mirada se volvió a fijar en un mensaje que estuvo fuera del cofre desde un inicio.Era de su madre, podía reconocer la letra.
“Por favor, me gustaría que Stephanie se quedará con usted unos días más mientras las cosas aquí se calman.”
¿Qué?
“Claro, no se preocupe, cuenta con mi ayuda, mi reina.”
La tinta de la nota que había escrito Heinrey estaba fresca, así que esos mensajes eran recientes.
–¿Ha? ¿My Prince?– habló el ahora rey apenas vio a la princesa en su oficina.
La menor reaccionó de inmediato y calmo sus facciones en su rostro.
–Lo estaba buscando.– dijo con voz tranquila. –Por eso estoy aquí.
–Ya veo. Yo también la estaba buscando.– Heinrey sonrío y tomo las manos de Stephanie. –Queria preguntarle si querría quedarse más días aquí, en mi reino.
–...– ¿Era lo que había leído en esa mensaje? –Me temo que no... La delegación partirá a Oriente mañana o pasado mañana y yo debo irme con ellos.
–Pero hay cosas que quisiera enseñarle sobre mi reino, Krista me contó que le dio a probar un vino, ¿Verdad? Y que a usted le gustó mucho. Hay cosas igual o más grandiosas que esas, por favor.. quédese unos días más.
...
La rubia no sabía que decir, en cierta parte quería irse a su hogar para saber lo que estaba pasando en su imperio pero la otra parte no quería lidiar con más problemas —que debía resolver *cofSovieshucof* los adultos— y quería quedarse allí.
–Bien... Me quedaré unos días más.– accedió, después de todo, su madre la dejo irse al reino de Occidente para que ella se pueda distraer.
–¡Hurra! ¡Muchas gracias, my Prince!
–... Heinrey, quiero preguntarte algo.. personal, ¿Puedo?
–Supongo que si, ¿De qué se trata?
–¿Aún amas a mi madre?
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Soy la hija de la emperatriz |La emperatriz divorciada|
FantasíaNo me importa. He logrado grandes cosas. Aunque no tenga su sangre. Ante los ojos de la ley. Soy la hija de la emperatriz.