ᴘᴇQᴜᴇñᴀ ᴍᴇɴᴛɪʀᴏꜱᴀ
Giselle Evans es una chica a la que siempre le ha gustado jugar con fuego.
A pesar de que se le advirtió que podría quemarse, decidió enredarse entre los rivales más grandes de Japón; el detective L y el famoso asesino Kira.
¿Qué s...
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Caminaba de regreso a mi habitación atravesando el amplio pasillo luego de haber ido a buscar algún bocadillo a la cocina. Me detuve al escuchar unos murmuros provenientes del salón principal del cuartel general. Aquellas personas hablaban tan bajo que me pareció sospechoso, sus voces apenas se distinguían a la distancia a la que me encontraba, por lo que decidí acercarme a averiguar algo más.
Enseguida me pareció extraño, puesto que era demasiado tarde para que alguien siguiera por aquí. Realenticé mis pasos y evité hacer cualquier ruido, incluso dejé de juguetear con la manzana roja que llevaba entre las manos.
Agudicé mis oídos mientras me pegaba a la pared para identificar aquel par de voces.
—Giselle no me agrada —dijo una voz masculina con total desprecio.
—¿Y tú crees que a alguien de aquí le agrade? —respondió la otra con ironía.
—Buen punto. Pero, en ese caso no entiendo cómo es que Ryuzaki estuvo en una relación con ella.
—Oh, creo que yo me puedo dar una idea de cómo —sus palabras estaban llenas de doble sentido y soltó una risa por lo bajo.
—¿A-acaso te refieres a...
—Ajá. Da igual, esa mujer solo es un demonio con cara de ángel.
Reí para mis adentros cuando supe de quienes se trataba; Aizawa y Matsuda. Medité unos segundos qué hacer, en realidad no tenía mucho sentido discutir con ellos, me importaba una mierda lo que opinaran de mí, pero creí que quizá sería divertido molestarlos un poco.
Me asomé un poco para analizar con más detenimiento la escena, ambos estaban guardando sus cosas y apagando las últimas computadoras. Supuse que se habían quedado trabajando hasta tarde por lo incompetentes y torpes que son.
—Ya lo creo —Matsuda se acercó a Aizawa, no sin antes voltear hacia ambos lados asegurándose de que nadie más estuviera escuchándolos, pero como es un idiota no se dio cuenta de que los estaba observando. —De último que me enteré es que ahora Giselle está interesada en Light —susurró.
Aizawa abrió los ojos con sorpresa.
—De verdad esa mujer no tiene límites. ¿Crees que por eso hayan terminado ella y Ryuzaki?
Solté una carcajada muy fuerte al escuchar aquello. Inevitablemente salí de mi escondite mientras seguía riendo y ambos hombres me miraban entre asustados y asombrados. Habían sido descubiertos, y por la persona que menos deseaban ver.
Las mejillas de Matsuda se tornaron de un rojo intenso, mientras que Aizawa empalideció.
Caminé hasta estar justo al frente suyo y me crucé de brazos mientras tenía una amplia sonrisa de suficiencia plasmada en el rostro.
