ᴘᴇQᴜᴇñᴀ ᴍᴇɴᴛɪʀᴏꜱᴀ
Giselle Evans es una chica a la que siempre le ha gustado jugar con fuego.
A pesar de que se le advirtió que podría quemarse, decidió enredarse entre los rivales más grandes de Japón; el detective L y el famoso asesino Kira.
¿Qué s...
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Mi respiración casi se detuvo por completo mientras Light daba pasos lentos y seguros hacia mí, la sonrisa macabra en sus labios casi me hizo temblar. Por primera vez desde que puedo recordar, sentí el peligro real.
Cuando estuvo cerca, se inclinó e invadió mi espacio personal, haciéndome retroceder por inercia hasta que mi espalda golpeó la pared que llevaba de vuelta al edificio.
—Tú y yo tenemos mucho de que hablar.
Su voz era baja y letal. No había más dulzura ni gentileza, él no se molestó en tratar de manipularme ni engañarme con falsas palabras bonitas. Entonces, fui capaz de comprenderlo; este era el verdadero Light.
—No creo que haya nada de lo que tengamos que hablar.
Tuve que hacer un esfuerzo increíble para que no me temblara la voz al responder, pero en su lugar, sentí que mis rodillas casi flaqueaban.
—¿Eso crees, eh? —soltó una risa por lo bajo. —Está bien. Entonces, supongo que no te importará que acabe con tu adorado L en este momento, ¿no?
—No puedes hacer eso.
Su sonrisa se ensanchó y sus ojos se entrecerraron.
—Pobre e ingenua Giselle... —su mano acomodó un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja, sus dedos apenas rozaron mi mejilla.
Lo miré fijamente. ¿Él estaba hablando en serio o eran amenazas vacías? No lo sabía, pero en ese momento no tenía tiempo para averiguarlo, tenía que hacer algo al respecto.
—¿Q-Qué planeas hacer, Light? —pregunté con miedo de escuchar la respuesta.
Él miró hacia un costado, donde a lo lejos Misa aún nos miraba hablar. Sus ojos irradiaban ira y estaba segura de que ella me odiaría más después de que él hubiera entrado a detenerla cuando estábamos peleando, pero ya lidiaría con ella después.
Light solo le dirigió una mirada, igual de amenazante que la que me había dado a mí. No hubo palabras de por medio, pero el mensaje era claro: "no te muevas ni un centímetro".
Medio segundo después, él me sujetó del brazo con fuerza y casi me arrastró de vuelta al edificio. Atravesamos la puerta y nos detuvimos justo en el inicio de las escaleras.
—¿Ya me dirás que es lo que estás planeando?
—Eso es simple, voy a acabar con cualquiera que se interponga en mi camino, Giselle, y justo ahora, L me está dando demasiado dolor de cabeza. Escuché rumores de que va a colaborar con tres nuevos agentes, está formando una nueva organización, no sé demasiados detalles al respecto, pero quiere dejarme fuera del juego.
