05 | ʀᴇᴄᴏɴᴄɪʟɪᴀᴄɪóɴ

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—¡Marianne! —exclamé al distinguir aquella inconfundible cabellera rubia

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—¡Marianne! —exclamé al distinguir aquella inconfundible cabellera rubia.

Mi mejor amiga volteó inmediatamente buscando la fuente del sonido. Una sonrisa amplia se dibujó en su rostro al identificarme. Se levantó de su asiento y se acercó a mí abrazándome con fuerza.

—¡Gis! No lo puedo creer, tanto tiempo... ¿Cómo has estado? —la emoción y felicidad se podían distinguir en su voz.

Aunque me alegraba mucho verla, los sentimientos se disolvieron un poco al escuchar su pregunta. ¿Cómo podía describirlo? Estaría mintiendo si le dijera un simple "bien". Sin embargo, tampoco podía llegar a contarle con lujo de detalles todo lo que había hecho. Por dentro sentía una gran desesperación por ser escuchada, la necesidad de aclarar mi mente era indispensable. Necesitaba una amiga.

Después de unos momentos en silencio ordenando un poco mis ideas, hablé.

—Bueno... me mudé con mi novio y las cosas van bien.

—Oh, cierto, con el pelinegro, ¿cómo se llamaba?... Ryuzaki, ¿no?

Asentí levemente y aunque traté de esbozar una sonrisa, terminó siendo más como una mueca. Por supuesto que no podía revelarle la verdadera identidad de L a Marianne. Eso sería arruinar las cosas más de lo que ya estaban.

—¿Segura que todo va bien? —preguntó mientras se sentaba de nuevo en aquella silla de la cafetería en la que estábamos. Yo hice lo mismo frente ella. —Te ves un poco... rara.

—Bueno, es que han pasado un par de cosas...

—Giselle —dijo tomándome de las manos sobre las manos y haciéndome verla a los ojos, —sabes que puedes confiar en mí.

Maldición.

Marianne me conocía demasiado bien, no era nada impresionante, puesto que habíamos sido amigas por mucho tiempo. Ella sabía perfectamente que había algo importante sucediendo, y yo, al escuchar esas palabras y ver esa dulce sonrisa, sentí el nudo formarse en mi garganta. Quería comprensión, quería ser escuchada. Empecé contándole algunos elementos de la situación sin entrar en demasiados detalles.

—Bueno, en realidad ya no estoy con él.

Sus ojos se abrieron con sorpresa.

—Pero, ¿sigues viviendo con él? —dijo en voz baja, como si preguntar aquello le pareciera algo incorrecto, o como si no quisiera incomodarme.

Asentí un poco. —No es tan simple... vivo con él, pero en este momento no estamos juntos.

Sé que quería preguntar más, pude ver la curiosidad brillar en sus ojos color miel, pero también sé que ella no es del tipo de amiga que te presiona para decir lo que no quieres. Ella solo te escuchará y te apoyará sin importar nada.

𝑳𝒊𝒕𝒕𝒍𝒆 𝒍𝒊𝒂𝒓 | 𝑳 𝒚 𝑳𝒊𝒈𝒉𝒕 × 𝑶.𝑪.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora