𝑳𝒊𝒕𝒕𝒍𝒆 𝒍𝒊𝒂𝒓 | 𝑳 𝒚 𝑳𝒊𝒈𝒉𝒕 × 𝑶.𝑪.

04 | ᴠᴇɴɢᴀɴᴢᴀ

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—¡Light! ¿Qué estás haciendo con esa?

Rodé los ojos al escuchar aquella voz chillona. No podía pertenecer a nadie más, era la estúpida rubia; Misa Amane. Aquella chica me miraba con rabia irradiando de sus grandes ojos, como si estuviera deseando asesinarme tan solo por estar cerca del castaño.

A decir verdad, yo no la odiaba. Lo único que deseaba era que se mantuviera lejos de mis chicos. Pero estaba claro que ella tenía alguna clase de obsesión con Light, y, por si eso fuera poco, era demasiado cariñosa con L. Así que eso me llevaba a quererla mantener lejos. Por supuesto, no siempre podía evitarlo.

Light se giró moviéndose a la derecha, permitiendo que tuviera una vista completa de Misa. Ella llevaba uno de sus lindos vestidos negros de encaje y sus botas altas. Al menos debía admitir que tenía buen estilo.

—Oh, no es nada, cariño.

Me crucé de brazos y abrí los ojos con sorpresa al escuchar el apodo bajo el cual Light la había llamado.

«Eres hombre muerto, Yagami».

—Eso espero, bebé —Misa se acercó a nosotros dando brinquitos y haciendo pucheros. Se abalanzó sobre el castaño y lo envolvió con sus brazos mientras él solo se mantenía un tanto rígido.

Ella tomó su rostro entre sus manos y lo atrajo para darle un beso.

Ese fue mi maldito límite.

—Ejem —tosí un poco para que recordaran que seguía ahí. Aunque sabía perfectamente que eran conscientes de mi presencia, y que ella estaba haciendo eso a propósito.

—Oh, Giselle, ¿cierto? Perdona no había visto que estabas ahí —dijo Misa fingiendo inocencia pero en su rostro se dibujó una sonrisa triunfal mientras se colocaba frente a Light, así que él no podía ver la falsedad que emanaba de su rostro.

—No te preocupes —respondí con falso desinterés y sonriendo con amabilidad, aunque no estoy segura de que se haya visto genuino. —En realidad yo ya me iba, no hay mucho de lo que tenga que hablar con Light —me di la vuelta y comencé mi camino de regreso al cuartel, pasando por su lado fingiendo que no me importaba nada aunque por dentro estaba bastante irritada.

—Giselle, espera —escuché como Light dejaba a sola a Misa y daba algunos pasos largos siguiéndome. Sonreí porque seguramente eso la pondría furiosa.

Aún así no le presté atención y dejé que viniera tras de mí. Solo me detuve cuando el castaño me sujetó por la muñeca.

—¿Qué es lo quieres? —dije en voz baja mientras me daba la vuelta. —Tu noviecita te espera por allá.

—Giselle, eso no es nada. Sabes muy bien por qué estoy con ella.

—¿Ah, si? ¿Y exactamente por qué sería eso? —me crucé de brazos.