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Entra en el departamento y al abrir su boca para hablar se percata de la presencia de Kian, él se levanta del sofá y se coloca detrás de mí

-No sabía que tenías visitas

-Él es Kian- Él extiende su mano para que ambos la estrechen

-Demetrius

-¿Acaso él es...

-No- Me apresuro a responder mientras lo asesino con la mirada

-Pues...ya debo irme- Kian se despide de mí y luego de darle una última mirada a Demetrius, sale del departamento.

Entro a la cocina con algo de torpeza mientras él me pisa los talones y lavo los trastes en silencio, me encuentro un poco mejor luego de las palabras de  Kian.

-¿Qué quiso decir con eso?

-¿Qué haces aquí?- Giro sobre mis talones y lo miro, puedo notar que bajo sus ojos hay ojeras color violeta

-Quería saber cómo estabas y puedo ver que estas ebria- Me mantengo seria ante su intento de hacerme reír

-¿Por qué luces tan cansado?- Mis palabras suenan como balbuceos, Demetrius pasa su brazo por mi cintura y me guía hacia mi habitación

-No me he alimentado en estos días- Responde mientras se sienta en los pies de mi cama

-¿Es el momento donde muerdes mi cuello?- Él ríe levemente y niega con su cabeza, un bostezo se escapa de mis labios y apoyo mi cabeza en la almohada mientras lo observo

-¿Tan malvado soy?

Quise gritarle que era un idiota que solo piensa en vengarse, que ya no soporto más no poder ser feliz, que por qué no solo me asesina y acabamos con todo esto, quise levantarme con las pocas fuerzas que me quedaban y hacerlo polvillo. Pero mis ojos comenzaron a cerrarse debido al cansancio y lo único que me quedó fue tragarme esas palabras.

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Observaba en silencio a todos los vampiros presentes en al mansión, mi vista se encontraba fija en la cena que había preparado Celine, unos tacos de vegetales de los cuales solo había tocado uno. Me encontraba sentada en uno de los taburetes de la cocina mientras todos hablaban y reían de estupideces a las que yo no le veía el sentido, la música no sonaba tan fuerte en los parlantes y no me había esforzado en recordar los nombres de los que se habían acercado a saludarme ya que sólo estaría por un tiempo allí. Demetrius había organizado una comida para su Clan, el cual tenía alrededor de 25 caras pálidas y la mayoría eran hombres y en una vida pasada, humanos que habían desaparecido.
En este preciso momento comenzaba a arrepentirme de haber escogido un vestido negro que me llegaba a la mitad de los muslos y las mangas se encontraban en mi brazo, dejando a la vista mis hombros, cuello y clavículas. La mayoría del tiempo los hombres me miraban como si estuvieran sedientos de mí y era algo obvio ya que era la segunda humana en la casa y era la primera vez que me veían.

Celine entra a la cocina con una botella de vino y la deja en la mesa rectangular, algunos se encuentran con sus parejas en la sala mirando algún partido de fútbol o de otro deporte y otros en la cocina mientras beben vino y hablan de cosas sin sentido. Sigo con la mirada a Celine, quien desaparece por el pasillo y no tardo mucho en caminar hacia allí para encontrarla en el cuarto de lavado

-¿Cómo te lo estás pasando?- Me brinda un sonrisa cálida

-Dejé de escucharlos desde el momento que dijeron "Hola"- Ella ríe levemente y coloca en la lavadora algunas prendas de ropa-Siento que me asesinarán en cualquier segundo

-No lo harán, sólo es la primera vez que te ven y tu olor es nuevo- Trata de tranquilizarme

-¿Cómo entraste a trabajar aquí?

Déjame entrar en tu vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora