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Demetrius se abalanza contra mi hermano y lo golpea en el rostro, Nathan cae al suelo, cerca de la puerta y cuando intento acercarme a él, Demetrius me empuja hacia la pared del pasillo y aprovecha para sentarse arriba de él pero antes de que pueda volver a golpearlo, Nathan logra empujarlo lejos de él y se levanta del suelo.

-¡No vuelvas a tocarla!

Le da otro golpe en la mejilla y Demetrius se lo devuelve, Nathan lo patea en el pecho y cae al suelo mientras lleva su mano allí. Mi hermano lo golpea una y otra y otra vez en el rostro, su pecho sube y baja con rapidez mientras se levanta del suelo, creyéndose victorioso.

-¡Imbécil!

Empujo a Demetrius hacia la pared antes de que se acerque a Nathan, lo retengo con mi mano en el aire mientras él lucha por liberarse del hechizo.

-No te permitiré que lastimes a mi hermano

Cuando logro que ambos se calmen, lo suelto y puedo ver como se miran fijamente mientras Demetrius limpia la sangre que cae por su labio.

-¿Tu hermano?

-¿Acaso eres sordo?- Lo detengo con mi brazo para que evite acercarse nuevamente a Nathan.

-¡Nathan es suficiente!

Él eleva sus manos en son de paz y camina hacia el baño, sin quitarle la mirada al vampiro. Sigo a Demetrius a la cocina y lo observo limpiarse en silencio.

-Sé lo que dirás, pero tenía que verte.

-Y como siempre no tienes en cuenta lo que yo quiero- Me quedo en silencio cuando se acerca a mí.

-Adelante, te escucho- Se recarga en la mesa de mármol.

-He estado pensando, en que haré lo que dije. Te ayudaré en la batalla- Él sonríe y se acerca para tomarme de la cintura-Pero luego me iré y no sabrás nada de mí.

Quito su mano y salgo de la cocina.

-¿De qué hablas? No puedes irte, tu y yo estamos juntos.

Me tomé unos segundos para respirar y no hacer una locura de la que me arrepentiría.

-Pues entonces, quiero terminar contigo...

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Tuvimos una pequeña discusión, él decía que no podia dejarlo, que me ama y que soy muy importante para él. Todas mentiras para seguir jugando conmigo y mi mente. Pero allí solo había una persona, y esa persona era Ryan.
Los últimos días no había podido dejar de pensarlo y podía sentir lo que él. Cada día pierde más la esperanza y ya ve la derrota, solo quiere que todo esto termine pero en el fondo, muy al fondo, hay un sentimiento de esperanza y solo eso me mantiene firme en el plan, porque de manera contraria, ya hubiera saltado a sus brazos para decirle la verdad.
Nathan y yo cada vez nos llevamos mejor, tenemos el mismo sentido de humor y eso ayuda a la convivencia. Él fue quién me ayudó en mi entrenamiento, aprovechando que los niños de la escuela se encontraban de vacaciones de invierno por la navidad y el año nuevo.

-Café con leche para ti y sin para mí- Le sonrío a Becca y se sienta enfrente mío, me encontraba en su casa por la mañana ya que me había invitado el día anterior-Supe lo que pasó con Jenni.

-Esta bien, creo que es lo que todos sienten.

-Pero ellos no saben que tú ya recuerdas todo y sabes que no fue tu decisión, no sabrías lo que él podría hacer.

Con Becca era con la única que podía hablar sin temer que Demetrius escuchara y todo se fuera por la borda, con ella no debía cuidar mis palabras sino simplemente decir lo que pensaba al respecto.

Déjame entrar en tu vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora