La degustación de la última novedad de Morado estaba por iniciar y Christian Lombardi en aquella ocasión solo se limitó a dar unas palabras de gratitud por la presencia de todos. Su rostro emanaba cansancio y exudaba una capa de bochorno. Sus ojos permanecían huyendo a toda costa la mirada de su familia, solo los situaba en cosas sin importancia como la servilleta de tela que tenía puesta en sus piernas. A su mano derecha se hallaba una incómoda Lauren Sotomayor, quien solamente evaluaba con la mirada a sus hijos y a los comensales. Era una escena algo absurda, por no decir fuera de lugar.
A un extremo se hallaban Valentina con su armadura bien puesta, Guillermo con el entusiasmo por los suelos, mientras que su melliza intentaba ponerle chispa a la reunión; no obstante, el esfuerzo fue en vano. El panorama pintaba en tonos grisáceos, los únicos que salvaban la situación con algo de color eran Sofía y Emilio; sus miradas y sonrisas eran el matiz que hacía falta, pero en este caso solo ellos coloreaban su propio mundo en secreto. El señor Castiblanco, el padre de Emilio, encontró en aquella cena una completa división, situación que le extrañó mucho, ya que la última vez que los había visitado, la familia Lombardi era otra realidad.
Llegó la hora en que cada uno tomó una copa con el famoso contenido morado y permitieron que sus paladares fueran los críticos de aquel líquido embriagante. Las expresiones no se hicieron esperar. La dulzura de unas uvas ideales escogidas luego de la vendimia estaba perfectamente escondida entre el amargor del sabor, producto de una buena fermentación. Era un vino puro y resultó una delicia de que así fuera.
La primera en hablar fue Sofía:
—Papá, ¡has dado con la receta ideal! —ambas miradas ámbar se reencontraron. No se habían dirigido la palabra desde aquella discusión y cuando el padre divisó el entusiasmo sincero de su hija, le pareció inevitable no dirigirle una sonrisa para endulzar el momento. Alivianó las secuelas de sus temperamentos y bajo un discreto asentimiento, Sofía le transmitió a su padre su perdón. La reconciliación se hizo inexorable.
Lauren Lombardi se conmovió al presenciar el recuperado lazo de su marido con su primogénita. La expresión de Christian de alguna u otra manera se había tornado más vigorosa. No del todo, pero era un comienzo.
—¡Chris, es el mejor vino que he probado en años! —comentó con efusión Héctor.
—Señor Lombardi, creo que usted y su hija han hecho un trabajo estupendo —manifestó con honestidad Emilio, respaldando a su padre, mientras no podía evitar contemplar con discreción a una morena radiante.
Todos los presentes dejaron caer su mirada sobre Emilio. Primera vez que le oían decir más de dos palabras. Las mujeres Lombardi, a excepción de Sofía, se cuestionaban internamente sobre su transformación. Aún les parecía misterioso, solo que esta vez en Emilio se respiraba un cierto porte y caballerosidad, una imagen lejana a la primera impresión que había dado.
El señor Lombardi se dio por satisfecho ante la reacción de su público más importante y luego los invitó a picar una tabla de quesos y jamones dispuestos por su esposa, a quien observó con profunda devoción. Todos se dispersaron por el jardín a gozarse del aire nocturno, Christian tenía el leve impulso de escaparse, pero más bien decidió permanecer junto a Lauren y su buen amigo Héctor, mientras que Sofía Lombardi y Emilio Castiblanco dieron a dar una vuelta por los alrededores levantando sospechas en las mujeres, y Valentina quedó junto a los mellizos.
—Val, ¿Qué te traes? —habló Antonia al ver a su hermana un tanto dispersa.
—Es verdad, en los últimos tres días no has entrenado, cosa que no es muy propia de ti —agregó Guillermo rematando la situación.
Valentina Lombardi se cruzó de brazos con cierta indignación. Le estaba resultando cada vez más difícil mostrarse neutral debido a que le era imposible sacarse de su cabeza los benditos labios que besó aquella mañana, pero intentó no perder la poca compostura y respondió:
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Vino y amor desbordante
Romance⭐️🏆¡Finalista en la lista corta en los premios Wattys!⭐️🏆 | El vino despertó lo más profundo de las entrañas de dos familias de la alta alcurnia española: Los Lombardi y Los Genovesse. Los conflictos abrasadores se hicieron inevitables, pero ¿el a...