Hoy tenía cita con el doctor, desde que enferme pensaron que un transplante de pulmones me ayudaría o al menos me daría un poco más de tiempo.
Sin embargo en estos dos años solo me habían dado falsas alarmas, también había riesgo pues la operación era de alto riesgo y había la posibilidad de que mi cuerpo no lo aceptara.
Esa mañana Colin llamo a mi madre para decirle que tenían un posible candidato, mi madre se alegró por que estaría más tiempo con ella, si sobrevivía a la operación.
Yo tenía miedo de la operación, ya me habían realizado algunas operaciones pero ninguna tan fuerte como esta, cuando llegamos todavía era temprano.
Mi madre decidió no traer a mi hermano, él se había quedado con la abuela.
Cuando entramos a mi recámara inmediatamente me cambiaron mi ropa por la bata y me pusieron un suero.
Para ver si era compatible tenían que sacarme un poco de sangre, lo cual era un fastidio.
Mis venas ya eran tan delgadas que a veces no lograban ponerme el suero en los brazos y tenían que ponerla en otra vena, una vez me lo pusieron en una de mis piernas.
Cuando el doctor llego con Colin mi madre estaba tan emocionada, sabía que podría no serlo pero ella nunca perdía las esperanzas.
—Bueno Dylan tengo los resultados —me dijo el doctor.
—¿Es compatible? —preguntó mi madre con ilusión.
—No lo son, lo siento mucho —dijo el doctor con la mirada baja.
—Entonces tendremos que seguir esperando —dijo mi madre molesta
—Esta vez si —contestó.
—Hasta cuando, hasta que mi hijo ya este muerto —exclamó cansada.
—Mamá por favor, no es su culpa —le dije para calmarla.
—Ni la tuya cariño, ni la tuya —me dijo con tristeza.
Ella salió de la habitación, me pare para seguirla pero enseguida me paró Colin.
El doctor salió con mi mamá y Colin se sentó en mi cama, me tendió mis estudios que ya sabía leer.
—Te quedarás por hoy Dylan, los resultados no son los mejores —sonrió algo desanimado.
—¿Qué me harán? —pregunté.
—Te limpiaremos la sangre con la máquina bipo —explicó.
La máquina bipo es una máquina por la que sale la sangre se limpia y la vuelven a meter a mi cuerpo, mi hermano le puso bipo por que hace un sonido igual.
—¿Cuanto me quedare? —pregunté pues no quería quedarme mucho tiempo.
—Esperamos que solo sea cuestión de un día —me sonrío.
—Puedo ver a mi mamá —pedí, quería saber cómo estaba.
—Será mejor que le des espacio, el doctor ya fue hablar con ella —me calmó.
—¿De que murió el chico o chica que me iba a dar los pulmones? —pregunté intrigado.
—Tuvo muerte cerebral, estaba jugando en el patio de la escuela y se resbalo —contó apenado.
—¿Sufrió? —pregunté algo realmente importante.
—No Dylan, él ya tenía la muerte cerebral cuando llego —me explicó.
Me quede callado, este chico salvaría a otras vidas pero era probable que yo no pudiera salvar a nadie.
Me pusieron el bipo, casi no duele sin embargo es algo incómodo, y lo peor es que no me puedo mover.
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Hasta el final
RandomDylan está viviendo los últimos momentos de su vida, cuando es diagnosticado con una enfermedad terminal su vida esta acabando. Pero su viaje a través del amor apenas empieza cuando conoce a April, una chica peculiar que esta estudiando medicina. A...