Capitulo 27

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Desperté en mi habitación de hospital, mi madre estaba a mi lado, estaba despierta mirando como dormía.

—¿Cómo te sientes cariño? —preguntó pasando su mano por mi frente en un gesto dulce.

—Estoy bien mamá, pero como están ustedes ¿Cómo esta Max? —pregunte cansado.

—Esta bien cariño, un poco asustado pero esta bien, esta con la abuela en casa —respondió en un largo suspiro.

—Ahora que pasara, ¿Volveré a casa? —pregunté, no quería quedarme más tiempo del necesario.

—Si cariño, volverás a casa —contestó con una voz dulce.

Entonces decidí hacerle una pregunta que había querido hacerle desde hace un tiempo.

—Mamá —le llamé.

—Si Dylan —contestó tranquila.

—¿Eres feliz? —pregunté con la voz temblorosa.

—Claro que si Dylan, te tengo a ti y a tu hermano, no necesito nada más para ser feliz cariño —contestó con una sonrisa.

—Mamá pero yo ya no estaré en un par de semanas, si no es que menos y no quiero que estés sola —confesé dolido.

—No Dylan, no estaré sola cuando mueras —contestó pasando saliva— será doloroso, Dios será el dolor mas fuerte que haya sentido en toda mi vida pero no estaré sola, tendré a tu hermano y a la abuela así que no te preocupes por eso.

—Tendrás a Ronald —dije sonriéndole.

—Si cariño, también a él —contestó con una sonrisa falsa, trataba de no llorar.

—Mamá quiero que te cases con Ronald —pedí lo mas serio que pude.

—Cariño por que dices eso —me dijo confundida.

—Lo necesitas, cuando muera, mi hermano se derrumbara en ti y tu lo sostendrás pero no me engañas mamá, se que aunque digas que estarás bien no lo estarás, necesitas a alguien que te sostenga cuando yo ya no esté y él es el indicado mamá —explique tratando de no quebrarme.

—Dylan yo no puedo forzarlo a casarse conmigo —dijo seria.

—No lo forzaras mamá, nadie podría dejarte ir por que eres una mujer asombrosa y estaría loco si no se casa contigo —afirme.

—Dylan yo...

—El chico tiene razón —interrumpió Ronald— desde el primer momento en el que te vi en la oficina supe que eras la mujer mas bella del mundo, me dije a mi mismo estas loco si la dejas ir, no sabes cuanto me costo invitarte a esa primera cita —empezó a contar— eres la mujer mas perfecta de este mundo y yo e tenido esto desde hace varios meses —dijo sacando una caja— siempre lo llevo conmigo, sabia que no era el momento pero si tu quieres ser algo más —dijo arrodillándose— ¿Te quieres casar conmigo? —preguntó.

Mi madre me miro y yo le dije que si moviendo la cabeza.

—Claro que si —dijo por fin.

La boda fue tan rápida, en una semana ya teníamos todo listo.

Mi mamá se casaría al día siguiente y había ido con la abuela y April a recoger el vestido de novia, mientras yo me quedaba en casa con mi hermano, Danny y Ronald.

Los chicos jugaban afuera mientras yo estaba en mi habitación mirando televisión cuando llegó Ronald.

Estaba muy incómodo pues ahora tenía que usar el tanque de oxígeno todo el día.

—Hola campeón, todo bien —dijo entrando y sentándose a mi lado.

—Si estoy bien, no deberías estar en tu despedida, digo mamá seguro ira por un trago con la abuela y April —sonreí pues era cierto, April me lo había dicho.

—Estoy en mi despedida, casa sola llena de chicos, Ahh la despedida perfecta —sonrío.

El se acercó a mi para sentarse a mi lado, de inmediato se levanto y tomo algo que había aplastado con su trasero.

—Creo que aplaste a tu osito —dijo dándomelo, era el oso que Joe me había regalado—yo creo que deberías hablar con él —me aconsejó.

—¿Con el oso? —pregunté sin entender.

—No con Joe, le hablaste muy feo la ultima vez, creo que no se lo merecía —me dijo.

—Creo que debo hacerlo —afirme.

Él se levantó y salió de la habitación pues los chicos habían roto una ventana tarde.

Después de media hora decidiéndome si lo haría o no tome fuerzas para hacerlo, tome el teléfono y llame, sonó hasta que la llamada entró.

—Hola —contestó al otro lado de la línea, tarde unos segundos en hablar.

—Puedes venir —pedí por fin.

El teléfono se colgó, no sabia si estaba molesto conmigo así que solo apague el teléfono y cerré los ojos para quedarme dormido, no se cuanto tiempo hasta que tocaron mi puerta.

—Ahora no mamá —dije medio dormido.

—No soy tu mamá —dijo Joe con una pequeña risa— ¿Puedo pasar?

—Si pasa —conteste sentándome en mi cama.

—Lo siento había mucho trafico —confesó Joe sentándose a mi lado.

—Joe mira yo solo quería decirte que lamento lo de la ultima vez, no te odio hermano estaba molesto —me disculpe por fin.

—Lo se Dylan esta bien, yo lo siento —dijo bajando la mirada.

—No te disculpes, no fue tu culpa —dije tratando de calmarlo.

—No es culpa de nadie Dylan —susurro.

—Hermano necesito que de verdad me prometas que cuidarás de mi familia cuando ya no esté, cuida que Max se convierta en un buen hombre, cuida a mi madre, tu y yo sabemos que eres como otro hijo para ella, cuida a Danny, aunque te vuelva loco es un gran chico y si supera su enfermedad que se que lo hará será un gran hombre, cuida de April, no hay muchas chicas como ella —lo solté por fin.

—Lo haré hermano lo prometo —dijo cuando una lagrima corría por su mejilla.

—Eres el mejor amigo que se puede tener —le dije haciendo que llorara.

El había estado para mi incluso antes de mi enfermedad, me había visto llorar tantas veces que ahora era mi turno de consolarlo, era mas que un amigo, era mi hermano.

Estaba a unos minutos de empezar la boda, no era nada grande solo era mi familia que se había hecho mas grande en los últimos meses Joe, Danny y Colín estaban ahí, April y una amiga de mi madre eran las Damas de honor.

Yo me encontraba con mi madre para entrar a la Iglesia, estaba algo débil pero no echaría a perder la boda de mi madre.

—Bueno chicos están listos —dijo mi Madre emocionada.

—Si mamá —contestó mi pequeño hermano con su traje, ella me miró.

—Si mamá —afirme.

—Muy bien chicos no me dejen caer esta bien —suspiro nerviosa.

Las puertas se abrieron y entramos, Ronald la veía con tanto amor como si viera la cosa mas hermosa que hubiera visto en su vida, íbamos caminando y las personas nos veían.

Mi pequeña familia y la pequeña familia de Ronald.

Llegamos al altar y deje a mi madre, yo era el padrino pero no podría quedarme parado tanto tiempo así que me senté junto con Joe, mi hermano se quedo parado y no se movió hasta que dijeron sus últimas palabras ACEPTO.

Me daba un poco de paz saber que mamá no estaría sola, fuimos a casa para disfrutar de una pequeña cena familiar, era agradable ver a todos juntos, felices, comiendo y platicando.

Fue esos momentos donde el dolor se olvidada, podía sentirlo, sabia que estaba ahí pero podía olvidarlo, podía ser el yo de hace dos años, podía sentirme vivo otra vez.

Hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora