˚ ◡̈ ꒰ Dulce Sado ꒱ ˗ˏˋ

۞ Capítulo 4 ۞

—¡Oh Dios! Realmente esto está delicioso Loulou— Zayn saboreaba cada bocado de comida como si fuera el último, y es que no había otra manera de degustar la comida del gran Tomlinson.

Louis rió un poco con aún su delantal sucio y su camisa manga larga recogida— No es para tanto.

Zayn le dio una mirada fulminante y siguió comiendo, sin antes preguntar— ¿Ya llamaste al tal
chico? No vaya a ser que se desilusione.

—¡Tienes razón! Lo olvidé, lo haré ahora mismo— Louis dejó la comida a medio terminar y corrió hacia la sala para buscar el papel, afortunadamente lo había guardado muy bien en un bolsillo interior de su mochila. Marcó rápidamente el número escrito mientras se iba a la habitación de huéspedes donde casi siempre dormía, sintió una pequeña desilusión de ver que eran ya las 9:30, <<Ya debe de estar dormido>> pensó.

Para su sorpresa, luego del tercer tono, una somnolienta y ronca voz le contestó.

—¿Hola?

—H-hola, soy el chico de la pastelería, al que le diste tu número— Le recordó Louis en casi un susurro debido a los nervios.

Harry sonrío y todo rastro de sueño fue borrado instantáneamente.

—Claro que te recuerdo, bonito ¿Te gustaron los eclairs?

—Claro que si, estaban exquisitos. Quedé con ganas de más— Respondió Louis intentado darle un toque de doble sentido.

—Realmente amas esto— Respondió coqueto el rizado recordando como había sido el castaño el primero en decirle un halago atrevido.

—¿Que cosa?— Intentó sonar lo más inocente posible aunque sabía a lo que refería, sabía y a la vez no, a donde quería llegar con eso.

—Provocarme al parecer.

Sonó tan sexy de la boca del contrario que Louis sintió ese algo electrizante que todos sentimos al oír algo que nos lleva al límite y sobretodo de la persona que nos atrae.

—¿Tú crees?— Respondió en otro susurro, casi gimoteando. El castaño podía oír como la respiración del rizado iba en aumento así que decidió regalarle un pequeño gemido, casi casi como un suspiro prologado.

—Mierda ¿Que acabas de hacer?— La respiración de Harry se entrecortaba y sentía como un bulto crecía dentro su pantalón que rogaba por alguna pequeña caricia.

Louis estaba completamente rojo, él de verdad se había calentado con casi nada y se sentía tan promiscuo solo por eso. Decidió ser un poco sucio y se acomodó en la cama. Metió una de sus manos dentro de su pantalón y empezó a acariciar su miembro haciendo que su erección se endureciera. Soltó pequeños gemidos que claramente fueron escuchados por el rizado, que al ver que el castaño se sentía bien con eso, decidió echarle leña al fuego y probar que tanto se parecían en el ámbito sexual.

—Dios, eres una perra— Soltó Harry con la voz más grave y ronca que pudo hacer, y al estar recién levantado le fue muy fácil.

Louis gimió y apenas pudo contestar— ¿Como me llamaste?—

—Perra.

—Dios, hazlo, no pares de hacerlo— Rogó el castaño en un susurro entrecortado y excitado.

Harry no pudo sonreír más al darse cuenta que al del ojos azules también le gustaba la degradación como a él y sintió su erección endurecer aún más.

—¿Que cosa? ¿Que eres una descarada perra desesperada por sexo que ni siquiera pudo esperar a vernos para poder follarte?— Al propio Harry solo decir estas palabras lo calentaban en sobre manera, tanto que por más que resistió, terminó con la mano adentro de su pantalón bombeando su miembro y masajeando la punta de este mismo. Y el castaño no estaba mejor, pues estaba revolcándose en la cama con cada bombeada que daba a su miembro.