𝟑𝟏

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—No me mires de esa manera John, no es momento de ponerse como el hombre mal herido —desvió su mirada y la dirigió al suelo desconcertado —así es, la correcta
se acostó con otro hombre que no eras tú y varias veces, y así como te lo confieso, también te digo que sentí remordimientos, pensaba que no te merecías algo así, jamás reflexioné que lo nuestro ya se había acabado mucho antes de que él apareciera, que nuestro amor se había esfumado sin darnos cuenta.

—¿Quién es él?, ¿lo conozco? —preguntó serio mirándome de nuevo.

—Eso no te lo voy a decir, sólo te aclararé que no es uno de tus mejores amigos.

—Sé que fue un gran error de mi parte involucrarme precisamente con ella, pero te juro que no lo planeé.

—No creo que alguien planeé engañar a su pareja, eso sí sería demasiado ruin, yo tampoco lo tenía planeado, simplemente se dio.

—Tan siquiera dime que lo amas, no soportaría que lo hayas hecho sólo por despecho a causa de mi distanciamiento.

—¿Tú la amas a ella?

—No sé, sí sentía algo, la verdad, no sólo estaba con ella por el sexo, pero después de la faceta que hoy descubrí, no puedo querer a alguien así, alguien que fue capaz de mentir mil veces sólo por salirse con la suya, que ni siquiera le preocupa decir todas esas barbaridades enfrente de su hija.

—Yo sí lo hice al principio por soledad, pero ahora... creo que sí lo amo.

—¿Y él a ti? —presionó los puños.

—Creo que también, no estoy muy segura, hace poco que lo conozco.

—Lo que sí quiero aclararte es que nunca hubo otras, ella lo dijo por rabia.

—Eso ya no importa John, si ella fue la primera o la décima, ya da igual.

—¿Qué nos pasó ?

—Es lo mismo que me pregunto, no sé, quizá la rutina, teníamos trazado un plan casi perfecto, pero no contemplamos otras posibilidades, pensamos que siempre estaríamos juntos y dejamos enfriar la relación, no imaginamos que otras personas se cruzarían en nuestras vidas y cuando sucedió, nos dio miedo que eso sólo fuera una ilusión y lo nuestro era algo real, un puerto seguro, como dicen, creo que sólo seguíamos juntos por costumbre y a veces eso es más fuerte que el amor.

—¿Eso es lo que tú pensabas cuando lo conociste a él?

—Sí —me quede callada unos segundos
—la soledad es mala consejera y al final siempre le tenemos miedo a que sea la única a nuestro lado.

—¿Sabes?, no te culpo que hayas caído en los brazos de otro, yo me lo gané a pulso y creo que tienes mucha razón en lo que dices, tú y yo nos conocemos bastante bien, sabíamos que tanto podía aguantar el otro y me confié, sólo espero que me perdones algún día y que podamos seguir siendo amigos.

—Yo también espero que tú me perdones, creo que no debemos buscar culpables, una relación es de dos y si fracasa o triunfa es responsabilidad de ambos, creo que yo también permití que el fuego se apagara, dejé de hacer muchas cosas, incluso no te recriminaba tus ausencias, ¿cómo ibas a evitarlas si veías que a mí no me importaba?

—Lamento mucho que lo nuestro haya terminado así.

—Yo también lo lamento, pero mejor ahora, antes de hacernos un daño irreparable, creo que con el tiempo podremos volver a ser amigos, por ahora es mejor que no nos veamos, es lo más sano si es que queremos rescatar al menos la amistad.

—Tienes razón, creo que debo estar solo un tiempo.

—Creo que yo también.

—Nos vemos y en verdad perdóname, yo a ti te perdono porque sé que si todo hubiera estado bien entre nosotros no hubieras andado con alguien más.

¿Estás libre esta noche? (Joseph Quinn adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora