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› Jennie

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Jennie.

La hora de irnos había llegado, caminé tranquila a mi casa, hoy Lisa iría de nuevo a mi casa, por alguna extraña razón tenía la esperanza de que ella volviera a dormir conmigo.

Al llegar tiré mi mochila al sofá y caminé a la cocina, en la nevera había una nota, seguro de mi mamá.

Nota:

Querida Jennie, hoy no estaré en casa ya que tengo un viaje de negocios, tal vez venga mañana o dos días después.

Te amo.

PD: Deja de tocarte pensando en la adorable Jisoo.

Me ruborice al leer lo último, agarré la hoja y la arrugue con el rostro rojo para luego votarlo en algún lugar del suelo.

Abrí la nevera y saqué el jugo de naranja para servirme en un vaso, también me prepare un sándwich con mucho, mucho ketchup.

Miré la hora en mi celular, ¿Por qué Lisa no llegaba? Me senté en el sofá aún tomando de mi jugo mientras miraba fijamente la puerta.

Treinta minutos después al fin tocaron la puerta, me levanté rápidamente y corrí hacia ella acomode mi ropa y abrí la puerta.

— Hola Jennie — Lisa sonreía ampliamente, vestía con un abrigo gris, un pantalón deportivo negro y tenis negros también, su cabello estaba algo desordenado lo que le daba un toque rebelde — ¿Puedo pasar? — asentí haciéndome a un lado para que ella pasara.

— ¿Te parece bien si vamos a mi habitación? — Lisa apretó sus labios pero luego asintió — Bien ¡La que llegue de ultimo compra una pizza con su di... — no había terminado de hablar, ya Lisa corría rápidamente como una liebre hacia las escaleras.

Corrí rápidamente para alcanzarla pero ella era realmente rápida, cuando entre a mi habitación todo estaba oscuro.

— ¿Lisa? — me fuí adentrando más a la habitación y la puerta se cerró detrás de mí haciéndome dar un brinco — Dios mío, Lalisa, prometo matarte cuando te agarre — la amenacé pero sentí unas manos tocar mis piernas haciéndome gritar — ¡aaahh! — la luces se encendieron dejando mostrar a una Lisa riendo como si no hubiera un mañana.

— ¡Jajajaja! — la miré molesta, se estaba riendo en mi cara la muy estúpida.

— ¡Te voy a matar! — le grité y ella salió de la habitación corriendo y yo la perseguí — ¡Puedes correr pero no esconderte! — escuché otra risa de su parte.

Así pasamos unos cinco minutos, Lisa corriendo por su vida, porque sabía que la iba a matar. En un mal paso, Lisa se tropezó con el sofá cayendo sobre este, yo aproveche y me senté encima de ella agarrando sus muñecas.

— ¡No me mates, soy muy pequeña para morir! — reí ante su comentario pero iba a vengarme, empecé a hacerle cosquillas haciendo que se retorciera y riera con fuerza debajo de mi — ¡Esta bien! ¡Esta bien tu ganas, perdón! — dejé de hacerle cosquillas y Lisa se acomodó mejor en el sofá — J-Jennie, ¿Te p-podrías bajar? — su voz sonó nerviosa y sonreí, me dieron ganas de una travesura.

— ¿Por qué? — pregunté inocentemente mientras acariciaba su abdomen — ¿Te molesta? — ladeé la cabeza.

— N-No me molesta pero debemos estudiar — Lisa se ponía aún más nerviosa.

— El estudio puede esperar — me fuí acercando a su rostro lentamente, podía escuchar como el corazón de Lisa latía rápidamente, hasta que un celular empezó a sonar.

— Perdón, es mi celular — me levanté de encima de Lisa asintiendo, sentía mi rostro arder, ¿Que rayos pensaba hacer? Subí a mi habitación y prepare mi mesa de estudio para poder empezar la tutoría.

Minutos después Lisa llegó a la habitación, su rostro estaba tan rojo como el mío, se sentó a mi lado y empezamos la tutoría.

Minutos después Lisa llegó a la habitación, su rostro estaba tan rojo como el mío, se sentó a mi lado y empezamos la tutoría

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Media hora después.

— Entonces haces esto y lo terminas — escuchaba atenta a lo que decía Lisa — ¿Entendiste? — asentí un poco dudosa — Bien — ella sonrió y yo también.

Nos quedamos mirando la una a la otra, ninguna decía algo, solo se escuchaba el sonido del aire que entraba por la ventana.

— Lisa yo... — no me dejó terminar ya que plantó un tierno beso en mi mejilla.

— Debo irme, es tarde — ella se iba a levantar pero la agarre de la muñeca.

— ¿Te molestaría quedarte? Es que mi mamá no vendrá hasta dentro de dos días — la miré mordiendo mi labio inferior nerviosamente.

— Yo... Supongo que podría quedarme — sonreí por su respuesta.

— Si quieres puedes bañarte, yo iré por alguna pijama — ella asintió, me levanté y salí feliz de aquella habitación.

Duré un poco buscando la pijama que le quedaría bien a Lisa pero al fin encontré el indicado, entre a mi habitación y gran sorpresa que me lleve.

Lisa estaba de espaldas quitando su abrigo, cuando iba a voltearse me escondí en mi armario sin hacer ruido, luego de que se haya quitado el abrigo se quitó la camiseta quedando con un sujetador deportivo, mis ojos se fueron a su bastante marcado abdomen, Dios santo, Lisa si que era sexy.

Después se quitó el pantalón quedando en bóxer, tragué saliva, mi mirada bajo a su bóxer donde seguro estaba su miembro.

No me había dado cuenta que la puerta se había abierto por completo, Lisa me miró asustada.

— H-Hola... — fue lo único que pude decir.

 — fue lo único que pude decir

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Sueños húmedos con la nerd | 𝗝𝗟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora