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› Jennie

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Jennie.

Cuando salimos no solté su mano y es que no quería, me gustaba la forma en que nuestras manos encajaban con la otra, se sentía especial, como cuando tu abuela te guarda tu comida favorita.

Miré a Lisa ella miraba al suelo pero pude notar una leve sonrisa en su rostro lo cuál me hizo ruborizar y sonreír a la vez.

Ya casi llegábamos a la secundaria y aún no nos soltábamos las manos, no hasta que cierta persona llamada Miyeon  se lanzó hacia Lisa abrazándola con fuerza, no sé porque pero no solté la mano de Lisa es más, la apreté mucho más.

— ¡Lisa te extrañé! — Miyeon le sonreía de oreja a oreja.

— Y-Yo también te extrañé — Lisa le sonrió mientras Miyeon le acariciaba sus mejillas, oh no, eso si que no.

Jale la mano de Lisa obligándola a seguir caminando, no iba a dejar que esa la tocara, a lo lejos ví a mis amigas e hicimos telepatía, ellas asintieron, cuando llegue a ellas se colocaron
colocaron enfrente de Lisa y yo como si fueran guardaespaldas.

— ¿Qué pasa Jennie? — ella me miraba confundida, un poco nerviosa acerqué mis manos a sus mejillas y empecé a acariciarlas como si fuera un gatito.

Sus mejillas se tornaron rojas igual que las mías, ella me miraba algo embobada y aquello me gustaba, solo yo podía tenerla así.

— Lisa, hoy salimos más temprano, así que irás a mi casa a seguir la tutoría, ¿Está bien? — ella asintió con los ojos cerrados, parecía un lindo conejo bebé — Bien, vete — dicho eso solté sus mejillas y me fuí con mis amigas adentro.

— ¡N-Nos vemos! — sonreí al escuchar su nerviosa voz.

— Te recomiendo de perrito, la silla, la cucharita — miré a Irene sorprendida antes de darle un fuerte pellizco — ¡Auch!, ¿No fue para eso que la invitaste a tu casa? — negué volviendo a pellizcarla — ¡Auch!, esperen ¿Y Momo? — Rosé y yo miramos a todos lados pero Momo no estaba.

— ¿Dónde se habrá metido? — Rosé nos miró e Irene y yo nos encogimos de hombros.

Las clases empezaron y aún no aparecía Momo, ¿Donde diablos se habrá metido?

Las clases empezaron y aún no aparecía Momo, ¿Donde diablos se habrá metido?

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Dahyun.

— Momo, ¿Y si alguien nos ve? — miré preocupada a Momo, estábamos en la biblioteca escondidas detrás de uno de los estantes de libros.

— Tranquila, nadie nos verá, no sabes lo tanto que deseo besarte — me ruborice por sus directas palabras, escuché una suave risa de su parte para luego sentir como sus manos se colocaban en mi cintura y me atraían hacia ella.

— Yo también deseo besarte... — rodeé su cuello con mis brazos acercando su rostro al mío.

Nuestros labios se rozaron con suavidad haciéndome temblar, Momo acariciaba mi cintura con cariño, algo que me hacía sentir muy bien, y al fin pasó lo que tanto deseamos, besarnos, nuestros labios encajaban perfectamente con los de la otra formando una dulce danza.

Sentí que Momo me levantaba del suelo y me
cargaba a su cintura, yo la abracé con mis piernas sin dejar de besarnos, aquel dulce beso se había vuelto mas hambriento y salvaje, seguro íbamos a perder varias clases pero con el deseo de sentir a Momo me valía un cacahuate.

Sentí que Momo me levantaba del suelo y mecargaba a su cintura, yo la abracé con mis piernas sin dejar de besarnos, aquel dulce beso se había vuelto mas hambriento y salvaje, seguro íbamos a perder varias clases pero con el deseo de sentir a Momo ...

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Lisa

No pude concentrarme en ninguna de las clases, aún sentía la suave sensación de las manos de Jennie en mis mejillas, solté un largo suspiro, Jennie, Jennie, Jennie, era el único nombre que había en mi cabeza.

Cerré los ojos, el maestro de literatura hablaba pero yo obviamente no le prestaba atención, imagine que las manos de Jennie viajaban a mi cuello acariciándolo suavemente, me imaginaba que mis manos agarraban con fuerza su cintura acercándola más a mi, que la besaba hambrientamente mientras ella me pedía más, mierda, podía sentir que mi cuerpo y que una parte en principal se estaba excitando, abrí los ojos y estaba en lo correcto, tenía una notoria erección.

— D-Disculpe maestro, ¿Puedo ir al baño? — el maestro asintió y salí del salón tapando mi entrepierna, no sabia que me pasaba con Jennie, solo sabía que tenía que resolver este problema.

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Sueños húmedos con la nerd | 𝗝𝗟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora