Leah Malfoy una chica linda y un tanto arrogante. Una sangre pura.
Hermione Granger una chica orgullosa y competitiva. Una sangre sucia.
Ambas sabían desde el principio que las dos estaban destinadas a chocar. Pero... ¿podrían vencer al destino? ¿Es...
Ya era la tarde y me encontraba buscando a Granger.
Cuando llegué al comedor la vi con sus dos amigos, parecían estar haciendo algún trabajo. Cuando me estaba acercando note que estaban hablando del baile, decidí frenar un poco mis pasos para intentar oír algo de la conversación.
Al parecer Ron estaba hablando con uno de los gemelos, el cual invito a Angelina al baile.
Ron se giro hacia Hermione, pero la castaña no le prestó atención ya que estaba demasiado concentrada en su tarea.
-Hermione -la llamo el pelirrojo -tu eres una chica
Hermione giro su cabeza lentamente hacia Ron con el ceño fruncido.
-Que observador
-Ven con uno de nosotros -hablo intentando imitar el baile de su hermano, que no le salió bien, ya que fue interrumpido por Snape.
-Si para un chico es vergonzoso ir solo, para una chica seria deprimente -hablo más bajo para que el profesor no lo escuchara
Wow, gran forma de invitar a alguien al baile Weasley
Al parecer eso hizo enojar a la castaña y la verdad la apoyo, nadie debería tener la obligación de ir con otra persona.
-No iré sola, porque créanlo o no, alguien me invito -se levantó enojada para entregarle su trabajo a Snape y luego volvió hacia Ron -y le dije que si -termino de hablar tomando sus libros.
Al salir tan enojada y apurada choco conmigo haciendo que sus cosas cayeran al suelo
-Podrías fijarte por donde vas ¿no? Malfoy -protesto mientras se agachaba para tomar las cosas
Copie su acto y la ayude a levantar sus cosas.
-Si te soy sincera tú me chocaste a mí.
Bufo y salió del comedor, sin darme tiempo a darle sus libros.
-Granger -la llame, mientras corría tras ella.
-¿Que? -me grito dándose la vuelta,
Lo cual debo admitir que me asusto, por lo que solo me limite a mirarla y estirar mi mano entregándole sus cosas.
Noto lo que estaba haciendo y me miro apenada.
-Ah, lo siento.
Tomo sus cosas y se dispuso a seguir caminando, pero la interrumpí.
-Debemos hacer el trabajo -hable mordiéndome el labio inferior por frustración y miedo a que me gritara.
Pero solo se frenó y suspiro para calmarse.
-Bueno, vamos.
No termine de entender su cambio de actitud, pero tampoco le reproche nada, no quería que me gritase, la verdad si daba miedo.
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