Blanca es una joven española que comenzó un pequeño trabajo siendo la recoje pelota del Real Madrid. En ese partido se da cuenta de que uno de los jugadores del Bayern munich le tiene el ojo. Al terminar el partido Jamal pide su número y Blanca le d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Blanca se quedó inmóvil y entonces comenzó a sentir que sudaba. No se lo había esperado ¿¡conocer a sus padres!? Ni siquiera llevaba su mejor ropa. No se sentía para nada preparada, pero no quería tampoco decirle que no a Jamal.
— eh....esta bien, avisare a mi madre — dijo nerviosa sacando el teléfono de su bolso.
Jamal sonrió con mucha emoción, los ojos le brillaron.
— te veré en la salida —
Jamal se fue y la dejó sola ahí. Blanca ni siquera tuvo tiempo para pensar que no tenía ni la menor idea de en donde quedaba la salida, pero no tenía tiempo para pensar en eso. Estaba demasiado nerviosa. Con los dedos temblorosos marcó a su madre y ella contestó de inmediato. Blanca sintió un pequeño alivio en el pecho.
— Hola ¿ya tan rápido? — preguntó su madre.
— No, solo quiero avisarte que iré con la familia de Jamal a comer...— contestó tratando de mostrar emoción.
— Claro, diviértete. Solo avísame cuando tenga que irte a buscar —
— de acuerdo, gracias mamá —
Blanca cortó la llamada. Pensó que su madre la ayudaría, pero al parecer no había notado los nervios en su voz. Blanca guardó el teléfono y entonces siguió a un grupo de fans. Así fue como llegó a la salida del estadio y mientras salia escuchó un caos. Se escuchaba como si aún estuviera un grupo de gente grande y cuando salió se dio cuenta de que se trataba de Jamal. Estaba afuera con su familia mientras firmaba alguna que otra camisa y se tomaba fotos con los fans. Blanca espero en una esquina a que las personas se fueran yendo y cuando ya no quedaba nadie se acercó tímidamente. Mientras lo hacía le llegaron miles de pensamientos de cómo todo podría salirle mal. Estaba demasiado ansiosa. Jamal se dio la vuelta y al verla tocó el hombro de sus padres que también se dieron la vuelta y otros dos niños que parecían ser sus hermanos.
— Blanca, ella es mi mamá, mi papá, ella es mi hermana Latisha y él es mi hermanito Jerrell — los presento Jamal también con algo de incomodidad.
Blanca sonrió a los hermanos, pero ni siquiera pudo mirar a los ojos a los padres. Se sentía tan nerviosa e incomoda. Estaba muy roja también y temblaba de los nervios.
— encantada — logró a decir mirando el suelo.
— nosotros más, hermosa — respondió la mamá de Jamal con una gran sonrisa.
De momento todos se callaron. Blanca sintió la obligación de levantar la vista y vio que la madre de Jamal todavía la observaba, pero muy dulcemente entonces pudo sonreirle. Jamal, que sabía que estaba nerviosa, se acercó a Blanca y la abrazo de costado. Blanca se sintió mucho mejor y segura asi que apoyo su cabeza en su pecho y suspiró.
— bien, deben estar hambrientos ¡vamos a comer! — exclamó el padre de Jamal con energía y entonces se dirigieron todos al auto.
Blanca sabía que el camino iba a ser aun más incomodo y no se equivoco. Ella iba atrás junto a Jamal y a sus hermanos y era lo más incómodo que pudo haber experimentado jamás. Tener los ojos del pequeño era demasiado estresante. Se sentía muy sudada y tenía miedo de que pudiera oler feo. Jamal por otro lado estaba colapsando pues su hermana le estaba pisando un pie y podía sentir la respiración de Blanca en su cuello. Para otros podría parecer una situación de tensión sexual, pero para él era demasiado incómodo y solo quería llegar al restaurante lo más rápido posible. Los hoyos en la carretera fue la peor parte. Cuando el auto rebotó Blanca se golpeó con la cabeza de Jamal y se partió el labio inferior. Jamal se sintió tan mal que se volteó, con dificultad, hacia el otro lado para poder verla de frente. Blanca se veía pálida y parecía que los pensamientos la estaba consumiendo. Así era, no paraba de pensar en cómo la veía la familia de Jamal.
