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Luego de que oficialmente Jamal y Blanca se hicieran novios las cosas cambiaron para ambos especialmente para ella. Jamal publicó una foto a instagram que se volvió virar a la hora y la cuenta de Blanca se lleno de seguidores. Por lo menos todos eran muy amables y comenzaron a adorar la relación de los dos. Ahora Blanca pasaba más tiempo en la casa de los Musiala que en su propia casa y se sentía ya parte de la familia. Aunque fue un pequeño paso para Blanca fue de gran impacto. Se sentía muy amada.

Era sábado y Blanca había salido temprano del trabajo así que llamó a Jamal para que fuera por ella. Tenían planes pues se acercaban los partidos más importantes de las Champions y el equipo que ganase hoy determinaría el próximo de rival del Bayern Munich. Blanca se llevó el jersey en la mochila y cuando llegó a la casa se cambió. Hicieron palomitas y Blanca preparó unos nachos con queso. Se sentaron frente al televisor uno encima del otro. Hacía frío así que Jamal había traído también una sabana. La madre de Jamal acababa de llegar del supermercado. Les había advertido antes de irse que dejaran el televisor. De todos ella era la única que se lo estaba pasando mal con el noviazgo. No es que no quisiera a Blanca, ella la amaba. Era el hecho de que Jamal y ella siempre estaban pegados a la televisión. Si no veían películas jugaban fifa y si no jugaban fifa veían fútbol. La señora Musiala quería que fueran como otras parejas y salieran de vez en cuando a cenar o al parque, pero ellos estaban cansados de tratar de impresionarse uno al otro. Ya eran pareja y lo único que necesitaban para pasarlo bien eran sus compañías.

— ¿pasarán toda la tarde viendo la televisión?— preguntó dejando las bolsas de las compras en la mesa.

Ni Jamal ni Blanca la miraron. En realidad no la estaban escuchando. Cuando Jamal y Blanca se sentaban a ver fútbol no había nadie quien los pudiera sacar del televisor. Ella sabía mucho de fútbol y gracias a él había estado aprendiendo mucho más. Jamás había amado tanto el deporte como lo hacía ahora. Todo eso la hacía extrañar el tiempo con sus primos y el trabajo en el Santiago Bernabeu. La madre de Jamal se puso al lado de la televisión con brazos cruzados esperando captar la atención de ambos. Jamal rodó los ojos.

– Se trata de un partido importante. Quien gane es nuestro próximo rival — contestó Jamal seriamente.

— bueno, esta bien —

Jamal espero a que su madre abandonara la sala para besar a Blanca. Ya era algo que debía estar normalizado entre todos ellos que se andarán dando besos y abrazos pues ya eran una pareja oficialmente, pero había algo en Jamal que todavía no lo hacía sentir cómodo de que su madre los viera besarse. Cuando se separó le dio un apretón al abrazarla. Blanca sintió las cosillas de Jamal.

— Te queda hermoso ese jersey — dijo con emoción. Si había algo que siempre había querido hacer era darle sus jerseys a su novia.

Blanca sonrió sonrojada.

— eres maravilloso —

Blanca se recostó encima del costado de Jamal. Hacía todavía algo de frío y se sentía como cómodo. Ya no quedaban más nachos y se habían quedado sin nada para tomar, pero antes de levantarse para ir por más snacks en su bolsillo vibró fuerte su teléfono asustando a ambos. El juego ya estaba por acabar ganando el City contra el Totteham. Blanca sacó su teléfono y vio que era un mensaje de su hermana. Habían tomado como costumbre ya hacer citas de dos y hoy Daniel y Jenna tenían ganas de ir a comer con ellos así que Jenna le envió un mensaje invitándolos a un restaurante. Blanca miró la hora, ya eran casi las cinco y honestamente no tenía ganas de hacer nada más que estar recostada en los brazos de su novio. Igualmente decidió preguntar a Jamal en caso de que él sí quisiera.

— Es Jenna, pregunta si queremos ir con ella a comer — dijo Blanca enseñándole el mensaje.

Jamal miró con los ojos entrecerrados y el partido detrás de él finalizó. Miró el televisor con una cara de angustia al saber que les tocaba jugar contra el Manchester City y luego la miró a ella.

𝗚𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻 𝗯𝗼𝘆 | Jamal Musiala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora