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Durante el resto del camino se mantuvieron hablando acerca del entrenamiento que había tenido Jamal

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Durante el resto del camino se mantuvieron hablando acerca del entrenamiento que había tenido Jamal. Blanca le contó a la madre de Jamal acerca de lo mal que se sentía por lo de la universidad y ella solo le aconsejo que tuviera paciencia. La hizo sentir mucho mejor. Pronto llegaron al centro comercial. Se veía bastante lleno y muy grande. Blanca esperaba un lugar un poco más pequeño. Jamal la miró riéndose de su cara de sorpresa. La madre de Jamal se estacionó y entonces se volteó a verlos a los dos.

— Bien, son las once de la mañana, tienen hasta las cinco de la tarde ¿de acuerdo? No quiero que se queden hasta tarde — explicó mirándolos a los dos seriamente.

Blanca se sintio muy cómoda. Sabía bien que la madre de Jamal los cuidaba y ya era querida como una hija en la casa de los Musiala. Uno de sus miedos al tener pareja era el no caerle bien a sus padres pues su propia madre le caía muy mal a su abuela. Por esa razón no tenía mucha relación con su familia paterna. Luego de la muerte de su padre el contacto se corto por completo. Solo se juntan para el día de su cumpleaños o el de su fallecimiento. Se sentía muy orgullosa de que ya la quisieran.
Ambos asintieron y Jamal le abrió la puerta a Blanca para poder salir del auto. Cuando pasaron cerca de la ventana la madre de Jamal bajo la ventanilla.

— tengan cuidado — les aviso.

— no te preocupes, mamá — contestó Jamal sonriendo. Ya era costumbre pues su madre solía actuar de esa forma siempre con sus hijos. Era muy protectora.

— nos vemos luego —

Todos se despidieron y entonces Jamal y Blanca caminaron hacia la puerta del centro comercial. Estaba lleno para ser tan temprano y eso le daba algo de miedo, pero al tener a Jamal con ella la hacia sentir más segura y a salvo. Jamal no se veía nervioso. Caminaba feliz como si se tratara de un partido u algún cosa emocionante.

— veremos muchas cosas aquí — dijo sonriendo mientras entraban.

Adentro había demasiada gente y mientras caminaban Blanca se sentía muy agobiada. Tenia la sensación que iba a perderse en cualquier momento y eso no iba a ser bueno porque no sabía nada de alemán. Sentía los empujones de la multitud y que le pisaban los zapatos. La faltaba de aire comenzó a notarse en Blanca y el estrés también. Sin ni siquiera pedir permiso Blanca agarró el brazo de Jamal. Jamal la miró asustado y al mirar al rededor se dio cuenta de la razón así que sonrio y se pegó junto a ella. De repente llegaron al centro del lugar. Jamal miró a Blanca.

— aquí vamos a encontrar todo lo que necesitas ¿tienes una lista?— preguntó.

Blanca soltó su brazo con vergüenza y saco de su bolsillo la lista que había hecho su madre. Jamal agarró el largo papel y lo examino por todas partes. Asintió con la cabeza como si supiera algo y volvió a mirar a Blanca.

— vamos —

Blanca guardó la lista y esta vez Jamal fue el que insistió para que tomara su fuerte brazo. Su brazo no era tan delgado como pensaba. Se nota mucho que hacía ejercicio a diario. Estaba en muy buena forma. Ella, por otro lado, era todo lo contrario. Blanca era bastante delgada y sus brazos eran muy blandos. Le hacía falta algo de gimnasio. Juntos entraron a varias tiendas. En una de ellas, la primera, era de útiles escolares así que Blanca compró una mochila nueva, cuadernos y lápices. Luego fueron a una en donde compro dos pares de zapatos pues solo tenía dos pares más. Finalmente fue a una tienda de ropa en donde compró varias prendas. Tenía ropa, pero era vieja. Ya era hora de comprar nueva. También porque había tirado a la basura algunas piezas que ya no usaba. Cuando terminaron de hacer las compras se detuvieron nuevamente en el centro del lugar. Ya había menos gente y podían caminar con normalidad.

𝗚𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻 𝗯𝗼𝘆 | Jamal Musiala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora