23

404 27 5
                                    

Blanca continuó mirando hasta darse cuenta de que uno de los puestos tenía un asterisco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Blanca continuó mirando hasta darse cuenta de que uno de los puestos tenía un asterisco. La madre de Jamal no se tardo tanto, llegó más rápido de lo que Blanca había imaginado. Sonriendo entrando a la sala, puso en la mesa dos vasos de limonada rosada y se sentó nuevamente al lado de ella.

— y bien ¿ya has elegido algo?— preguntó sonriente.

Blanca negó con la cabeza.

— hay una opción que tiene un asterisco  ¿porqué?— preguntó señalando el teléfono.

La madre de Jamal se agarró el pecho con sorpresa y luego le quitó el teléfono de las manos a Blanca.

— ¡cierto! Olvide explicarte eso. Mira, una de mis hermanas trabaja en Starbucks y es gerente así que ahí tienes otra gran ventaja. Creo que no buscan empleados, pero de seguro te aceptara mi hermana. Yo digo que es la mejor opción — le explicó.

Blanca lo pensó demasiado bien. Tenía una gran oportunidad frente a ella. Además de que amaba Starbucks, tendría a alguien conocido en el trabajo asi que no sería tan incomodo. La tía de Jamal podría ayudarle con el tema de los idiomas y hacer que se sintiera más cómoda al trabajar. Era el trabajo perfecto.

— suena muy bien — Blanca sonrió con emoción.

— tienes un sí garantizado, Blanca — respondió la señora Musiala levantándose al mismo tiempo que Blanca del sofá.

— entonces me parece perfecto —

— hablare con mi hermana esta tarde y le explicaré acerca de los idiomas para ver que me recomienda — le dijo mientras las dos caminaban hacia la cocina.

En ese momento se escuchó el ruido de la puerta y Blanca sintió un entusiasmo muy grande.

— y terminamos justo a tiempo, mira quien llegó — añadió mientras se acercaban a la puerta.

Jamal apareció frente a ambas. Estaba sudado, ya no tenía la ropa de entrenamiento así que Blanca supuso que se había cambiado allá. Llevaba en  la mano la mochila, las zapatillas y en la otra una botella de agua. Se veía cansado. Blanca podía notar las gotas de sudor bajando por la frente. Jamal miró a Blanca con vergüenza.

— ¿Blanca? ¿Que haces aquí? — preguntó abochornado porque para él se veía terrible y encima estaba sudado.

— Tu mamá me ayudaba a buscar un empleo — contestó Blanca acercándose para ayudarlo con las cosas. Jamal le dio las zapatillas.

— Gracias, mamá — Jamal agradeció a su madre y ambos caminaron a la cocina mientras el padre de Jamal y sus hermanos los seguían.

La madre sonrió mientras agarraba la mochila de Jamal.

—Blanca es una niña maravillosa — respondió la madre de Jamal con una sonrisa muy dulce y sin duda sincera.

Blanca sintió ese comentario en el corazón dándose cuenta de que había pasado por fin tiempo con ella. Le agradecía más que a nadie a ella por ayudarla y por haberle dado la vida a su increíble hijo. Jamal indicó a Blanca que dejara las zapatillas en una esquina y luego se secó el rostro su dado para finalmente darle un beso en la mejilla a Blanca.

𝗚𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻 𝗯𝗼𝘆 | Jamal Musiala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora