CON MI TODO

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            En esa pausa con silencio incomodo se fueron pasando 5 días. Cada uno de estos días traté de hablar con Fiorella, traté de explicarle lo que en mi corazón habitaba, pero ella estaba tan a la expectativa como yo. También hablé con esa chica de ojos verdes, la cual sentía que sus planes se habían acabado, si las cosas no cambiaban su posible rumbo, tendría que olvidarse de esa vida tan maravillosa que tenía, donde no le faltaba nada, pero debía obedecer las normas de su casa, asumiendo sus errores. En mi corazón había muchos sentimientos; una parte quería despertar de esa pesadilla, pero la otra parte quería continuar en ese camino, aceptando lo que Dios nos mandaba, y quizás ese sería mi verdadero camino. Algo seguro era que me iba a esforzar por todo, sin importar los resultados.

           En ese enredo de sentimientos, encontré esa agenda que nuevamente me dio paz en medio de tanta guerra. Todo pasaba demasiado rápido, me sentía perdido, pero me encontraba al poner mis sentimientos en esas hojas...

"Irónica la vida que parece darte felicidad, y entre más te da, más difícil te va presentando las cosas. ¿En serio? Luego de tanto esfuerzo, de encontrar el sendero, ahora aparece esto, algo que nunca imaginé, pero qué puedo decir, ya no soy un niño, debo ser valiente a pesar de mis ganas de salir corriendo. Caótico todo lo que hacemos con sus consecuencias, solo puedo pensar en esas posibilidades; si es positiva esa pesadilla despierta, tendré que irme con la cabeza agachada, mover las piedras del camino para tomar mis responsabilidades, volviéndome lo que odié. Si es negativa, tendré que enfrentarme a mis errores, y con una herramienta ideal para salir de ese mundo de dudas y demostrarle a Fiorella que es mi mundo... No sé qué más pensar, todo se está volviendo una cuestión de tiempo, y cada segundo me ahoga."

         El día siguiente se recibió el mensaje esperado, para mi ventaja o desdicha, era negativa. Un gran alivio, pero al mismo tiempo la muerte de algo que me daría nombre, al menos con eso llegaría a ser alguien en la vida.

          De esa chica de ojos verdes, no supe más en ese instante, luego del mensaje, decidió irse lejos a seguir sus sueños, tal parecía que ese susto le había reiniciado el plan de su vida. Mientras, yo tenía que hacer lo correcto para demostrar lo que realmente estaba en mi corazón. No negaré que mi presentimiento era malo, pero luego de tener a Fiorella frente de mí, contándole todo lo sucedido, pude ver esa pequeñita luz de la esperanza haciéndose más grande. Ella solo pedía una seguridad para matar sus miedos, en ese instante, sin pensarlo mucho, tomando sus manos le dije todo lo que había en mi corazón, y al final, sin tener nada que ofrecerle, le juré que sería el esposo más amoroso del mundo, mientras sus ojos siguieran brillando con tanta intensidad. Fiorella quedó sin palabras, solo movió su cabeza afirmando que mi propuesta era bien recibida. La abracé, y volví a sentir calma... odio esa calma.

          Esa noche pude descansar a su lado. Me sentía como el hombre más suertudo, tenía a la mujer que amaba a mi lado, había salido ileso de tales problemas, pero me lanzaba a otros, yo no tenía nada que ofrecerle, no tenía siquiera un plan estable, y estaba seguro que una boda sencilla para ella era lo que menos quería. Recuerdo que me dije a mi mismo:

"Yo soy único, de alguna u otra manera lo lograré. Pasarán días y entenderé qué hacer."

Qué inocente era.

         Los días sí pasaron, pero las cosas nunca fueron iguales. Nuestros viajes quedaban en el olvido, nuestros planes estaban todos suspendidos, lo único vigente era ese amor que tanto me movía en lo incierto. Los días se volvieron semanas. Cuando miré el calendario, lo único nuevo eran poemas, pero seguía siendo el mismo, ya con 2 meses encima y nada hecho. Miraba a Fiorella, ella estaba feliz, su sonrisa estaba ahí iluminando el camino, y guiaba mis pasos en la noche oscura, pero... ¿Eso era todo? La conocía, y ella no era eso. Esas dudas las fui arrastrando día tras día, en mi corazón había algo que quería salir corriendo, que gritaba huir, pero no comprendía ese sentimiento.

Nuestro Camino al CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora