Alien Evolution System [1]

Capítulo 170:

C170 - Una verdadera batalla III


"Entonces ya no hay necesidad de palabras", dijo el Coleccionista mientras chasqueaba sus mandíbulas y estabilizaba su postura, su furioso corazón latía rompiendo la monotonía de los vientos aulladores.  "Ambos nos involucramos en la batalla en la medida de nuestras capacidades limitadas".

"Sí", dijo el luchador simplemente.  Miró hacia abajo desde lo alto del delgado pico de la montaña al Coleccionista con expresión tranquila.

El Coleccionista reanudó la pelea, sus sistemas de procesamiento neuronal ahora se habían recuperado casi por completo, lo que permitió que sus reflejos operaran de nuevo en un umbral del 93%, lo suficiente para que se sintiera cómodo participando en más combates.

Una observación que hizo el Coleccionista fue que el caza no tenía las capacidades aerotransportadas adecuadas.  Poseía la capacidad de 'caminar' en el aire creando plataformas momentáneas de energía mágica en sus pies, pero aparte de esto, no tenía forma de proyectar fuerza de forma independiente para impulsarse por el aire de manera manejable.

En una batalla aérea, el Collector con sus variadas capacidades de vuelo fue muy superior.  Sin embargo, el espécimen de caza no tenía que volar a menos que así lo deseara, ya que las capacidades a distancia del Recolector eran más débiles que sus ataques cuerpo a cuerpo y el caza podía desviarlas fácilmente.

Entonces, ¿qué tal esto?

El Recolector golpeó con sus cuatro puños la ladera de la montaña contra la que se había estrellado, usando un choque sísmico en sus brazos para generar inmensas cantidades de fuerza permeante.  Las ondas de choque perforaron la montaña, enviando profundas grietas a lo largo de su longitud mientras retumbaba.

La punta de la montaña sobre la que se encontraba el luchador se sacudió cuando comenzó a romperse.  Esto obligó al luchador a saltar en el aire, y fue entonces cuando el Coleccionista atacó, volando hacia el luchador.  En pleno vuelo, el Coleccionista disparó varias ráfagas de fragmentos de luz purificadores, pero en lugar de dirigirlos directamente al caza, utilizó a Sapia para rodearlos en todas direcciones.

Mientras tanto, el Recolector voló hacia adelante con sus palas monomoleculares.  Ahora, el luchador tendría que lidiar con el Coleccionista y los innumerables fragmentos que lo rodeaban.

"¡Kai!"  El luchador rugió mientras lanzaba su energía mágica en una erupción masiva antes de reaccionar a las múltiples puntas del Coleccionista abriendo una palma y lanzándola en el aire frente a él.  Este no fue un ataque dirigido contra el Coleccionista, sino uno que envió la inmensa explosión de maná del luchador hacia el exterior en una onda de choque verde.

La onda de choque se estrelló contra el Recolector, enviándolo a toda velocidad decenas de metros hacia atrás antes de que se estabilizara en el aire, y los fragmentos de luz que se acercaban al caza se dispersaron y se rompieron en la nada.

Tal maniobra era costosa en cuanto a maná, señaló el Coleccionista, pero el luchador tenía mucho más maná de sobra que el Coleccionista, y el Coleccionista no iba a calcular sus planes de batalla basándose en las palabras de honor del luchador para contenerse.

El aire de combate se alejó y aterrizó de lleno en la cara de otra ladera de la montaña.  Los dedos de sus pies se clavaron en la cara vertical de la montaña, manteniéndolo completamente anclado.

El Recolector observó al luchador y notó que sus niveles de maná se habían atenuado nuevamente hasta casi la nada, lo que significa que una vez más estaba listo para emitirlo hacia el exterior en un solo momento explosivo.

Sabiendo esto, el Coleccionista se apresuró de nuevo con lo que aparentemente era un ataque de carrera convencional.  Sin embargo, el Coleccionista había entendido un factor crucial.