Un hombre alto e impetuoso caminó lentamente hacía un pasillo oscuro, traía una capa negra que le cubría el cabello lacio y oscuro que le llegaba a los hombros, su rostro no lograba reconocerse.
—S-señor, parece que ellos han estado adaptándose bien—. Otro hombre bajo y regordete habló con miedo, parecía que estaba temblando. —Han vuelto a sus vidas normales y han incluído a sus hijos en ella. La protectora sigue trabajando en Mercadotrol con frecuencia y Casperan ha estado implementando magia con tecnología Akiridiana para crear distintos objetos—.
El bacúlo negro portaba una gema verde bosque que parecía emanar cierta oscuridad de él. El hombre sollozo cuando el bacúlo le tocó el pecho.
—Has estado trabajando bien sin necesidad de magia, Andrew—. Él hombre murmuró. —¿Cómo va el laberinto?—.
—Llevamos la mitad de la construcción. Su ubicación sigue siendo secreta y nadie sospecha, sus seguidores han estado trabajando ahí sin parar...—
—¿LA MITAD? ¿SOLO LA MITAD?—.
El hombre se quitó la capa dejando a la vista sus ojos verdes del mismo color que la gema en su bacúlo, tenía ojeras profundas y cicatrices en el rostro, sus dedos estaban negros como si hubiera tocado carbón, pero era la consecuencia de meterse con la brujería.
—¡Lo siento tanto señor Mordred! ¡Les pediré que trabajen más!—.
Mordred, el cual a pesar de tener un aspecto que emanaba miedo, su inmortalidad lo hacía lucir en sus 30, y sus facciones masculinas podían hacerlo ver cómo el típico villano sin corazón y remordimiento cuya atracción te haría sentir culpable.
Pero era la verdad.—¿Mis seguidores? Los tengo en una ilusión, no sienten ni piensan así que no podría castigarlos más por no hacer el trabajo a tiempo—. El mago contestó sin dejar de mirarlo. —Y en verdad pensé que podía confíar en tí, deberías de estar agradecido de que solo te hice desparecer y te quité tu puesto de Ministro al igual que toda tu magia. ¿Sabes que morirás en unos años porque ahora eres mortal?—.
—¡Señor por favor se lo ruego! ¡He estado haciendo todo lo que me pidió para que me devuelva mi magia!—. De pronto Andrew se puso de rodillas para implorarle.
—Mereces ser castigado por no ser competente, sin embargo no podría meterte en una ilusión como a los otros magos porque no me servirías cómo esclavo cuando evejezcas y mueras en unos meses—
—Mordred, no tienes que hacer esto, esto se está saliendo de control y tus planes implican meterte con personas buenas, ellos fueron los que salvaron al mundo...—.
—¡Pero él merece sufrir por lo que me hizo, su aprendiz por arrebatarme el puesto que debió de ser mío y su hija por tener lo que yo nunca tuve!—. Mordred gritó lleno de rabia, los ojos abiertos como platos no reflejaban otra cosa que locura. —Y los niños de Hisirdoux y Teagan Casperan me van a servir en mi venganza, su magia será elemental para mí cuando sea el amo y señor del mundo...—.
—Son niños inocentes—.
—¡Son niños poderosos que podría criar para trabajar para mí o absorber sus poderes justo como absorví los tuyos!—. El pelinegro retrocedió dándole la espalda, tratando de regular su respiración como si estuviera razonando y tratando de no dejarse llevar por su impulsividad. —Pero tú no deberías meterte en mis planes—.
—Señor si me devuelve mi magia yo le seré leal toda mi vida—.
—Tú vida no me sirve—.
La cabeza de Andrew golpeó el piso con dureza y sus ojos permanecieron abiertos incluso cuando las salpicaduras de sangre mancharon la pared, no fue un golpe duro, realmente no hubiera sido la gran cosa si Mordred no hubiera usado su propio bacúlo oscuro para desprenderla de su cuerpo.
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Los protegidos
FanfictionDespués de creer que lo más difícil ya había terminado, Douxie y Teagan Casperan tendrán que enfrentarse a alguien que tiene en la mira a las personas que más aman. La protectora se aventurará en una etapa diferente en su vida: un hogar, una familia...