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Era una mañana más despejada en el cielo de Seúl pero, no en mi cabeza.

Tampoco es que tuviera mucha elección. Sabía perfectamente que, apenas cruzara el portón de la universidad, él me estaría esperando.

Y ello no era atípico, es más, ya estaba bastante acostumbrada a que compartiéramos el bus hasta el trabajo pero, desde hoy era diferente.

Si hay un antes y después de Cristo, también habría un antes y después de mi beso con Jungkook.

No le pediría que actuáramos como si ello jamás hubiera pasado. Sería inútil y me consideraba lo suficientemente madura como para afrontar las consecuencias de mis actos. Si él me lo pidiera, lo entendería.

Pero ese no iba a ser el caso.

Me abrumaba un poco el saber con qué nivel de ansiedad estaría. Uno bajo definitivamente no, eso no sería muy típico de Jungkook.

A lo mejor, esperaría que fuera corriendo a sus brazos. Pero eso tampoco pasaría.

¿Sería yo quien tendría que enseñarle lo que implicaba estar en una relación? La verdad es que no tenía la menor idea de si tuvo novia antes. Por lo que entendí, solo había salido con un par de chicas antes, nada serio ni superior a dos semanas.

¿PERO POR QUÉ DEMONIOS PENSABA QUE ESTÁBAMOS EN UNA RELACIÓN?

Por Dios, Jaesoo, la ansiosa más pareces tú.

- ¿Y la Polaroid no sale a pasear hoy? – unas manos taparon mis ojos y, si no conociera ese tono de voz, aplicaría una de las técnicas de Dae destinadas no solo a sacar ojos, sino también alguna parte noble del contrario.

- Se supone que hoy hay dos sesiones de estudio.

- ¿Me extrañarás? – retiró sus manos y pude ver su sonrisa, que ya imaginaba y, era tal y como recordaba de otros días.

- No más que a Taehyung.

Se me hacía raro. No muy raro, solo eso, raro. Me esperaba más intensidad de su parte.

¿Quizás que me pidiera un besito?

Dios, cálmate Jaesoo.

Era como cualquier otro día: formándonos para esperar el bus, subiendo a él, pagando nuestros pasajes y sentándonos en un par de los asientos traseros, él junto al pasillo y yo al lado de la ventana. La única diferencia era que, tenía su brazo izquierdo sobre mis hombros, con su mano levemente recostada para que no golpeara la ventana. Porque hasta la plática era como en cualquier otra semana: trabajo, estudios, fotografía moderna, el clima y nuestros amigos.

- Yoongi hyung le ha jurado a Nam hyung que se va mudar de dormitorio si insiste en su nueva rutina de meditación.

- Pues no le haría mucho daño a él también practicarla.

- La amenaza no es solo para él, sino también para ti.

- ¿Y yo que tengo que ver ahí?

- Tú le sugeriste a Nam hyung que meditara a las cinco de la mañana.

Ojalá también me hiciera caso con lo de pedir una beca parcial. No entendía la necedad de Min Yoongi de negarse a recibir cualquier ayuda externa por más económica que fuera. Dudo de que, entre su empleo de repartidor, la universidad y el concurso de rap, lograra descansar más de cuatro horas al día. Era peligroso para su salud.

Aunque me impresionaba su determinación de rebelarse contra el sistema solo para poder afirmar rotundamente que no le debía nada a nadie.

Sin embargo, a mí me debía un bubble tea de leche de taro por prestarle mi cama.

SENSITIVE   •[Jeon Jungkook]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora