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Y así como había creído que Jungkook era un parlanchín, parecía que mi suposición era errónea porque el chico lucía como si hubiera entrado en una cura de silencio. Apenas el señor Choi se había sentado frente a nosotros y comenzó a hablar sobre quienes habían hecho posible que estuviera allí, Jeon parecía haberse convertido en una piedra que emitía sonidos humanos.

- Logré ver algunas fotos de su trabajo, señor Jeon, y de veras que tenía mis dudas de que fuera usted quien hubiera estado detrás de todo ello. Pero, como fue el propio profesor Lee quien me ha dado su palabra de que usted le enseñaba sus avances, lo repensé un poco – resopló y sus fosas nasales se abrieron un momento, para luego dar paso a las comisuras de su boca haciendo lo mismo al sonreír gangosamente – ¿Es verdad que fue él quien le pidió asesorarlo en su trabajo de...

- Sí, señor Choi – se apresuró a decir antes de que pudiera conocer cuál era aquello que tanto mencionaba el hombre frente a nosotros y que le había valido a Jungkook el estar ahí sin cursar aún el séptimo ciclo.

- ¿Y no te dio temor el que en algún momento su crítica destruyera tu trabajo?

- Sí, señor Choi.

- ¿Y aun así aceptaste su ayuda?

- Sí, señor Choi.

Y en todas aquellas respuestas, la cabeza de Jungkook tenía cierta inclinación hacia adelante, pero permanecía baja. Y ello no era tanto como para una posición de inferioridad, o eso era lo que me transmitía. Más evocaba a cuando uno siente como si quisiera desaparecer o, pasar inadvertido. Como si pudiera ser invisible en estas cuatro paredes cuando hasta las brillantes prendas del señor Choi parecían tener su foco de atención en él.

Hasta que un pequeño golpeteo en la puerta de cristal hizo que todos volteáramos hacia la dirección de esta.

- Adelante.

- Buenos días, señor Choi – una figura alta y delgada hizo su aparición – Lamento la tardanza pero, la sesión de Jinyoung sunbaenim debía terminar cuanto antes debido a que tiene que tomar su vuelo a las dos.

Pero ese perfil me resultaba familiar. Junto a su cabello castaño, sus ojos casi en una línea por sus mejillas levantadas, sus lunares peculiares y aquella sonrisa cuadrada, porque yo lo había visto salir de una de las asesorías del profesor Lee el ciclo pasado. Tal vez no era del todo lejano eso de que, si lograbas captar la atención del maestro, cosas como el trabajo y el reconocimiento ya vendrían solas.

Pero también era muy tonto afirmar ello, porque si a mí me había costado estar ahí y por lo que entendí, Jungkook no estaba ahí por cualquier proyecto, a Taehyung este puesto podría haberle exigido aun más. Vogue no aceptaba practicantes pre profesionales de fotografía hasta el ciclo pasado. Mejor dicho, no aceptaba alguno hasta hace un ciclo. Y Taehyung había sido el primer estudiante de la Universidad de Seúl y del país en lograr ello. Su fama no era inmerecida. Y las cosas posteriores que podían haberle ocurrido habían caído por su propio peso.

- Y aquí está V – sonrió el señor Choi – Él es quien estará a cargo de ustedes y les enseñará lo básico para poder adaptarse a la revista – se levantó y se dirigió a la puerta, donde el chico de cabello castaño la abrió para que pudiera salir – Espero que ello les sea de provecho así que, no desaprovechen a este muchacho – lo miró y este inclinó su cabeza – Adiós – y desapareció tras aquella puerta de vidrio oscuro.

¿Pero es que ser elegante también venía en el paquete de laborar en esa revista? Porque si bien vestía de una forma sencilla, era su garbo de andar y moverse el que derrochaba el tino de sobriedad en el mar de locura en el que yo usualmente me sumergía. Era elegante y, no se jactaba de serlo ni siquiera de forma corporal, sino que ello le brotaba naturalmente. Era elegante y, parecía serlo precisamente porque no lo sabía.

SENSITIVE   •[Jeon Jungkook]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora