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Se llevaban bien y eso era lo importante. Y no es que le sorprendiera porque, no aguardaba que fuera de otra forma. Jae terminaba cayéndole bien a medio mundo, aunque esperaba que no le robara el corazón a la otra mitad restante como lo había hecho con él.

Eso le preocupaba un poco, aunque no lo suficiente para preguntarle directamente si, se veía en el futuro con él. No solo a cinco o diez años de distancia, sino a veinte o treinta.

Porque sí, algo de él debía gustarle a Jae. Total, si ella era quien lo había besado por primera vez. Él no se hubiera atrevido a hacerlo, para esas alturas sentía que ya no tenía dignidad y si le había dicho las cosas que pensaba, era porque el alcohol y el cansancio le habían ayudado, no su autoconfianza.

Porque autoestima sí tenía, no al cien por ciento pero de que tenía, la tenía. Y no se supone que las parejas sean perfectas. ¿Dónde podría encontrarse un par que coexistiera pacíficamente en tal ambiente?

Él no era perfecto y Jae tampoco, pero esperaba que fueran lo más similar a ello el uno para el otro.

Miyeon no se había equivocado. A él le había gustado desde la primera vez que la vió, aún cuando no sabía que en el futuro, trabajarían juntos o serían novios. Se contentó a las semanas con saber que era amiga de su hyung y que parecía ser buena persona.

Si Jae llegaba a enterarse alguna vez de que él la había observado a escondidas, no sabía si se reiría pero terminaría por hacerlo, antes o después de decirle que tenía cierto aire acosador. Eventualmente, él mismo se lo diría. Solo estaba esperando dar con el momento y las palabras exactas para no parecer un fan desesperado y, apelar más a la idea de que estaban hechos el uno para el otro.

— Eres un maldito stalker, Jeon Jungkook.

Aún recordaba las palabras de Miyeon y esperaba que a su noona no se le fuera la lengua con eso. Si la había dejado sola con su novia, no era porque quisiera, sino porque no quería dar más razones a una imaginaria discusión con Jae acerca de que parecería sugar mommy si él no se esmeraba en terminar la universidad.

Había perdido casi un año.

Corrección: No lo había perdido, se repitió. Se tomó un año para recuperarse y explorar qué es lo que verdaderamente quería hacer. La familia que le importaba, lo había entendido y lo seguí acompañando. Sus amigos hicieron lo mismo y, sabía que Jae también. Si ninguno de ellos lo juzgaba por ello, él trabajaría más duro por no torturarse con ese tema.

Pero aún así, no quería correr riesgos.

A veces, solo a veces, le daba la impresión de que algunos de sus compañeros de clase, esos que sabían quién era Jae y que iba dos ciclos adelante del suyo, lo consideraban un niño con suerte solo por el trabajo que tenía y que ella se hubiera fijado en él.

Pero no conocían la historia.

Y de contársela, ¿valdría la pena?

Lo dudaba.

Prefería salir del paso diciendo que, la diferencia de edades venía de familia. Su madre era dos años mayor que su padre y seguían juntos desde la escuela.

Además, en verdad Jae no era mayor que él, sino al revés. Pero aún así, ¿para qué gastarse en explicaciones? Ni la misma Jae se tomaba el tiempo de darlas cuando, estando presente él, algún compañero de curso le decía que era una asaltacunas.

Si a Jae no le molestaba, ¿por qué a él sí?

Y no se refería a la cuestión de la edad sino a la insistencia de compararlos. Incluso con el concurso nuevamente activo, ninguno parecía tomarse en serio que el otro fuera su rival. Y él era muy competitivo, eso era indudable, pero la conocía y reconocía su talento y esfuerzo envidiable.

SENSITIVE   •[Jeon Jungkook]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora