La princesa no pudo evitar pasar dos días de lo más horribles. Desde que la información sobre el huevo Elmaris había sido revelada, no podía dejar de pensar en ello. «Como lo siga tocando, de ese huevo, saldrá un monstruo y se me comerá», se horrorizaba. Para Dagmar, era inevitable preocuparse. Casi como instinto, le echaba una mirada de reojo a cada segundo, tratando de comprobar si este se movía o si iba a eclosionar en algún momento. Finalmente, había decidido mantenerse alejada de él, como precaución.
Por todo ello, la llegada de la siguiente prueba, no le causó demasiado entusiasmo; eso era una señal de que el concurso se estaba terminando, y, por ende, que pronto llegaría el día en el que el huevo se abriría y tendría que enfrentarse a su terrible verdad.
Las veinte participantes iban a quedar reducidas a solamente cinco. Y esta vez, la decisión la iba a tomar el mismísimo príncipe heredero de Sunrise, Maximiliano Sunrise.
Por primera vez, la reina anunció, por adelantado, cuál era el propósito de aquella prueba: «La reina debe mostrarse de forma natural, desenvuelta y lucir con orgullo su carisma». No dejaba mucho a la imaginación; estaba claro que iban a decidir a las vencedoras a dedo.
Aun así, sabía que necesitaba impresionarlo, pero no estaba del mejor humor. Por suerte, para ella, su madre se encontraba de viaje, pero le había hecho saber, mediante carta, que la visitaría pronto, pues la reina Flora, con toda su bondad, le había concedido permiso, dado lo ocurrido con Lady Annabelle de Roche. «Incluso desde más allá de estos muros, sigue creándome problemas», maldecía. No le cabía duda alguna de que su madre no estaba preocupada por ella; sino por sus progresos en el concurso y con el príncipe Maximiliano.
Si la princesa Rosella Arrowflare llegaba al castillo y se encontraba con el fracaso de su hija, iba a reducirlo a cenizas. ¡Como mínimo! De eso, Dagmar estaba más que segura.
Había momentos, en los que Dagmar, no podía evitar preguntarse qué hacía participando en dicho concurso. Las dudas cada vez eran más fuertes y estas se mezclaban con otros sentimientos, que la misma princesa, trataba de fingir que no experimentaba. Pero mentirse a sí misma, resultaba mucho más difícil que hacerlo con el resto del mundo.
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Érase una vez: una princesa malvada [Completa✔️]
FantasyHistoria Ganadora ONC2023 🏆 Dagmar Arrowflare es todo lo que uno podría esperar de una princesa de cuento; delicada, menuda y esbelta. Con unos labios carnosos, pálida como la leche y con las mejillas rosadas. Sus cabellos son de oro y su voz ater...