Dagmar estaba realmente nerviosa; incluso emocionada. Aunque podía sentir el miedo recorrer todo su cuerpo, era tal la euforia que la invadía, que esta, eclipsaba cualquier otro sentimiento aterrador.
La princesa estaba sorprendida de la alianza que acababan de formar, de su propia valentía, por querer gritar la verdad y enfrentar, cara a cara, las consecuencias de sus propias acciones. No podía estar más conmovida; finalmente, su padre, parecía que estaba en su bando y la iba a proteger como se supone que tendría que haber hecho tiempo atrás. Aunque ya nada importaba el pasado; lo importante para Dagmar, era que en el presente podía contar con él.
Y no solamente con su padre, también con Lilibeth Night. La princesa no podía estar más agradecida con ella, por su apoyo incondicional y por prestarles su poder.
Con la valentía que creyó faltarle, con el afecto que pensó que no merecía y con la amistad inesperada de una bruja, Dagmar, se sentía lo suficientemente poderosa como para dar un último golpe; aquel, por el que esperaba que castigaran a Rosella, aun si eso significaba tener que aceptar que ella también merecía recibir alguno.
Al menos, este, aseguraría que se hiciese justicia. Aunque su final feliz fuera algo inalcanzable, le serviría para redimirse.
Con el corazón sobrecogido, no pudo evitar pensar en Gabriel y en el daño que le había provocado sus acciones pasadas. Ella, había sido una pieza en el tablero de juego de Rosella; él, había sido un daño colateral de la villana.
«Ojalá puedas perdonarme...», deseó, observando como el sol salía por el este. Aunque, lo cierto, es que perdonarse a sí misma iba a ser la parte más difícil de todo aquello. Y si ella era incapaz de hacerlo, Gabriel, tampoco lo haría. Realmente sentía que no se lo merecía.
—Es la hora —anunció Lilibeth.
Las dos nuevas amigas se miraron a los ojos para infundirse valor. Alfred, que había pedido una audiencia con la reina Flora, para que escuchara a su hija, las acompañó.
La séptima prueba, era la última del concurso real del Sol y fuera casualidad o destino, requería que las participantes afrontaran una verdad; básicamente, consistía en sincerarse, no solo con una misma, sino con todo el reino. Por lo que, se convirtió en la oportunidad perfecta para que Dagmar mostrase al mundo entero, las atrocidades que había cometido su madre; las atrocidades en las que ella misma había colaborado. «Fuera o no una niña arrastrada en la oscuridad de mi madre, debo ser juzgada», pensó inevitablemente. Era consciente que el sentimiento de culpabilidad iba a acompañarla el resto de su vida.
Una vez más, Dagmar caminó por el palacio del sol, despacio y decidida, con los recuerdos de todo lo que había vivido en el último mes, golpeando su mente. La nostalgia la invadió al pensar que aquella, sería la última vez que lo haría como pretendienta; después de su revelación, no sabía que le esperaba ni cuál sería su destino. Pero por primera vez, se sentía dueña del mismo.
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Érase una vez: una princesa malvada [Completa✔️]
FantastikHistoria Ganadora ONC2023 🏆 Dagmar Arrowflare es todo lo que uno podría esperar de una princesa de cuento; delicada, menuda y esbelta. Con unos labios carnosos, pálida como la leche y con las mejillas rosadas. Sus cabellos son de oro y su voz ater...