Capítulo 17

288 42 3
                                    

Las palabras de Aura permanecieron dando vueltas en mi cabeza por varios segundos, durante los cuales me quedé mirándola paralizado. Noté cómo mis mejillas se coloreaban y un cosquilleo nervioso se instalaba en mi pecho.

-N-no importa.- añadió la castaña ante mi silencio, empezando a retirarse.

-Espera.- dije rápidamente tomándola de la muñeca. Ambos miramos el agarre, y yo lo solté debido a la vergüenza.

-Es solo que me ha pillado desprevenido, pero... claro, pasa.- me hice a un lado de la puerta, dejando el camino libre para mi amiga. Ella, algo dubitativa, pasó por mi lado.

Tras cerrar la puerta noté que Aura observaba la habitación con curiosidad, como si pensara en las diferencias que tendría con la suya. No debería haber muchas, pues todas las habitaciones de los Centros Pokémon eran iguales.

-Puedes dormir en la cama si quieres, yo lo haré en el suelo.- dije caminando hasta el pequeño armario que había allí y sacando varias mantas que me harían las veces de cama.

-No es necesario, puedo dormir yo en el suelo.- replicó ella rápidamente.

-Por favor, insisto.- respondí mirándola fijamente. Ella me sostuvo la mirada unos segundos, pero finalmente suspiró y asintió.

-Lamento ser una molestia.- dijo tras tumbarse en la cama, quedando de lado en mi dirección.

-No te preocupes, esto no es nada. Somos amigos, ¿no?- pregunté dirigiéndole una sonrisa. Ella me la devolvió y asintió.

Tras colocar las mantas en el suelo, apagué la luz de la lámpara que había sobre la mesita y me acosté sobre ellas. Apenas habían pasado unos segundos cuando volví a escuchar la voz de mi amiga.

-Eric... si intentas algo raro te golpearé. Con fuerza.- susurró la chica desde la cama. Yo sonreí, eso sería muy propio de ella.

-Lo tendré en cuenta, no te preocupes.- dije para tranquilizarla. Tras eso, cerré los ojos y volví a quedarme dormido en poco tiempo.

A la mañana siguiente me despertó la claridad que entraba a través de las cortinas. Intenté moverme para levantarme, pero noté un peso que me lo impidió. Algo confuso, abrí los ojos y miré hacia abajo.

Salí de mi estupor de golpe al ver que Aura tenía la cabeza apoyada sobre mi hombro, rodeaba mi cintura con uno de sus brazos y tenía una pierna sobre las mías. Al instante, noté que mi cara empezaba a arder como la cola de un Charizard.

No sabía cómo habíamos llegado a esta situación, pero afortunadamente, ella seguía apaciblemente dormida. Eso significaba que todavía podía salir de ese embrollo sin que me rompiera los huesos.

Sin embargo, no me moví. El rostro de Aura estaba muy cerca del mío. Eso me permitía ver claramente la paz que transmitía mientras dormía. Parecía muy a gusto y, después de los problemas que tuvo anoche para dormir, no me parecía bien arriesgarme a despertarla al intentar apartarme.

Además... no quería apartarme de ella. Era la primera vez en mis dos vidas que experimentaba lo que era dormir junto a otra persona. Podía sentir el leve calor que desprendía su cuerpo y la suavidad de su piel contra la mía. Era una sensación cómoda y agradable.

Con el corazón palpitando con fuerza, empecé a mover mis brazos lentamente para rodearla con ellos. No sabía el motivo, pero necesitaba hacerlo. Aunque ello conllevara una posterior paliza por su parte.

Sin embargo, justo antes de que mis manos la tocaran, ella soltó un gruñido y se movió ligeramente. Como si de un Deoxys forma velocidad se tratara, aparté mis brazos en un santiamén. Justo en ese momento, sus ojos se abrieron lentamente y me miraron.

Pokémon: El viaje de EricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora