CAPITULO 4

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Mal se tallo los ojos cuando escucho que alguien tocaba la puerta.

Mal : un segundo

Se levantó de la cama y miro el sillón solo para descubrir que Ben ya no estaba en el sillón, la sabana y la almohada que había utilizado ya estaban dobladas y la luz del baño tampoco se veía prendida.

Mal : ya voy.

Mal se levantó, se puso su bata para cubrirse y se dió una cepillada rápida a su cabello revuelto.

Mal abrió la puerta, era una de las señoras que había conocido ayer, había olvidado su nombre, nunca fue buena con eso de memorias nombres a la primera.

— Buenos días reina Mal.

Mal : hola.

Mal vio la bandeja que traía en las manos.

— Su esposo pido que se lo trajeramos

Mal : muchas gracias tomo la bandeja no se hubieran molestado

— No es ninguna molestia.

Mal : gracias,  sabe hace cuánto se fue...mi esposo

— Tiene como una hora pero no se preocupe, van a volver a la hora de la comida y si gusta para que no se aburra puede venir con nosotras, hoy los niños de la escuela van a tener un evento y creo que les gustaría mucho tenerla en la mesa de honor.

Mal : cuente con eso dijo sonriendo yo solo me cambio y bajo

— Por supuesto, la espero abajo.

Mal cerró la puerta, dejo la bandeja en la cama y fue entonces que se dió cuánta que había una rosa.

Mal la tomo y la examinó.

Siento como el estómago se le contraía.
No hacia falta tratar de pensar quien la había puesto.
Dejo la rosa en la mesa de noche y decio comer todo lo que había en la bandeja.

*********

Aquella escuela aun que no era muy grande, si era muy bonita, las maestras y los niños eran un encanto.

El tiempo se le pasó volando a Mal junto con Bella.

Mal había recibido unos cuantos dibujos y flores de los niños más pequeños y también un par de los más grandes.

Aún que como siempre no todo era color de rosa, la escuela  no tenía muchos recursos y era notaría la falta de algunas cosas básicas, como libros.

Eso hacia enojar a Mal, porque ella misma había llegado a carecer de algo basico como libros.

Ben : hola

Mal aparto la mirada de los niños que jugaban en el patio.

Ben : me dijieron que estabas aquí, así que decidí venir para ver si querías venir a comer.

Mal : sabes que no tienen libros, los más pequeños no tienen un libro para enseñarse a leer.

Ben : si, ya lo se

Mal : ¿Entonces?

Ben : estoy trabajando en eso, no es fácil.

Mal refunfuño.

Ben tenía razón, las cosas nunca eran fáciles, nunca, menos cuando hay carencias de muchas cosas.

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