CAPITULO 19

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Mal miro la taza de té que tenía en frente.

Estaba sola en el patio, su esposo dijo que bajaría en unos minutos y la señora Potts ya había llevado el té, el frasco que su madre le había dado lo tenía en su bolsa.

Le había dicho que solo tres gotas bastarían para hacer efecto pero que debía de tener cuidado de que nadie la viera pues se vería muy sospechoso si la veían poniéndole un par de gotas a la taza de Ben.

Si le ponía las gotas los efectos negativos de la posicima desaparecerían, nadie notaría nada.

Mal pego un brinco cuando sintió unas manos en sus hombros.

Ben : hola, lamento a ver tardado.

Mal : está bien, ¿quieres té?

Ben : la señora Potts va a traerme el café

Mal asintio.

Ben : ¿Cómo sigues? Acarició su mejilla con cuidado

Mal se  había maquillado el golpe, no era tan grande pero aún estaba rojo, por suerte no se había hinchado

Mal : el otro día estaba pensando...sabes hace cuánto nos conocimos.

Ben : no se la fecha exacta pero un poco más de un año.

Mal : si y estaba pensando en que........los ojos se le habían llenado de lágrimas

Ben : ¿Qué pasa? Mal, me estás asustando, desde anoche estás así

Mal : conocer a una persona desde hace año es suficiente tiempo como para confiar en ella ¿No?

Ben : bueno...si, ¿Por qué preguntas?

Mal : confías en mí.

Ben : completamente.

Mal sonrió y se limpio unas lágrimas traicioneras.

Mal : lo lamento, voy a regalar las cosas ¿Está bien?

Ben : ¿Arreglar que?

Mal : no interesa. Solo confía en mí.

Ben : no tienes porque  pedirlo.

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Mal tuvo que ir a su vieja casa, cuando su madre y su padre no estaban para poder buscar en el libro de encantamientos de su madre la posición antiamor.

Tardó tres días en decir hacer la posición, hacerla y por fin decir dársela a Ben.

No sabía que tan rápido actuaría la posición, si sería instantánea o si sería un proceso de desamor lento considerando el tiempo que tenía con la posición de amor.

Y aun que le pesará mucho a Mal, esperaba que fuera rápido porque si era lento no creía soportarlo.

Mal estuvo a punto de darle la posición que su madre la dió a Ben.

El día anterior a pesar de que tenía la posición antiamor ya preparada y lista para consumir mientras Ben, sus padre y su abuelo hablaban en el patio y Mal se hizo cargo de llevar el té le puso las tres gotas a la taza de Ben.

Mal repartió las tazas y le dió la suya a Ben, se sentó a su lado y cuando vio que Ben llevaba la taza a sus labios sintió un dolor en el pecho.

Mal: ¡Espera! Grito haciendo sobresaltar a toda la mesa Olvide ponerle azúcar sonrió

Ben : está bien, casi ni le pongo azúcar le resto importancia.

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