Capítulo 4 (parte 1)

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Título:Fiesta de Lanzamiento

Reina tarareaba una canción y regaba las rosas del Jardín de la Luz con una regadera.

Natasha también estaba sentada tranquilamente a su lado, leyendo un libro.

-Es bueno estar relajada después de mucho tiempo.

-Lo sé. Pero parece que Ariel sigue trabajando en el taller.

Dijo Reina mientras miraba por encima de la cúpula de cristal al taller al lado del
jardín de flores. Todos estaban haciendo algo, incluso cuando pensaban que Meryl
coqueteaba con Ariel, por verlas tanto tiempo juntas.

Ariel estaba sentada en el taller bordando como lo había imaginado Reina.

Antes le gustaba coser, pero una vez que hizo ropa, se dio cuenta de que hacer algo
con sus propias manos era bastante divertido.

Ariel enderezó la espalda por un momento y miró el bordado casi terminado. Fue
bastante satisfactorio ver las rosas rojas y rosadas en plena floración.

Sería bonito si hiciera un vestido lleno de bordados como este... Ariel miró el
vestido azul terminado en el maniquí. Agregar algo más ahí solo haría que el vestido
se viera sobrecargado.

Más que nada, pensó que quería hacer su propia ropa, no la ropa de otras personas.

Por ejemplo, un vestido de novia blanco para la señorita Cecilia...

Sabía que es absurdo pensar que realmente puede casarse con la señorita. Pero si es
solo un pasatiempo debería manternerlo...

En ese momento hubo un fuerte ruido en algún lugar.

Gritos y fuertes ruidos.

Parecía que las sirvientas, que de repente tenían tiempo libre, estaban mirando la
mansión y conociendo los alrededores desconocidos.

Ariel cerró silenciosamente la puerta del taller con la llave.

No sería agradable que otra sirvienta descubriera que Meryl le había dado su espacio personal de esta manera.

Luego pegó el oído a la puerta y escuchó hasta que pasó la multitud ruidosa.
Probablemente, hay una alta probabilidad de que hayan venido a visitar el Invernadero de Cristal de la señorita Cecilia, famoso por su belleza.

-¿También te escondes aquí?

Alguien habló desde detrás de Ariel, que estaba apoyada contra la puerta. Ariel gritó
de sorpresa y miró hacia atrás. Era una mujer que vestía el mismo uniforme de sirvienta.

Cabello negro rojizo y ojos rojos como rosas. Era una mujer alta y hermosa. Más que nada, el hecho de que se estuviera riendo con picardía del tema que se había colado hizo que Ariel se avergonzara.

-Eh, ¿por donde entraste?

Abrumada por el espiritu de la mujer que sonreía con orgullo, Ariel habló con
respeto. La mujer sonrió y señaló la ventana abierta con la mano.

-Por ahí.

¿Cómo saltó por esa ventana? ¿Además, no se escuchó nada...?

-Ha pasado un tiempo desde que estuve aquí, pero las demás me siguen acosando cuando Meryl no está. ¿Escuchaste algún ruido fuerte antes?

Oh, eres nueva...

Ariel se tocó el pecho mientras sentía algo de alivio. Al ver que vestían el mismo uniforme de sirvienta, pensó que no sería sospechoso.

Por cierto, las demás sirvientas se calmaron después de que Leana las regaño. Ariel pensó que las sirvientas ya no acosaban más a otras, pero ¿simplemente cambiaron el objetivo de Reina a otra
sirvienta?

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