Capítulo 9 (+18)

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Sara

Kuroo abre la puerta del despacho, me invita a pasar y cierra pasando el pestillo.

Se voltea para mirarme con intensidad, sus doradas pupilas iguales a las de un gato me observan con una intensidad y un deseo que no dejan lugar a dudas.

El capitán bombón no está aquí para firmar las actas.

Se acerca con seguridad hasta mí, no sé la razón, pero asiento confirmando la pregunta que no ha llegado a formularme. ¿Que es esa seguridad que desprende?

Su mano se posa en mi nuca y me atrae a él para besarme, cuando nuestros labios se tocan, siento que dejo de pensar, cualquier duda, cualquier pensamiento desaparecen de mi mente y todo se vuelven sensaciones.

Sensaciones jodidamente agradables y placenteras.

Su lengua se cuela en mi boca, buscando la mía y comienza a jugar con ella. La entrelaza y la separa mientras acerca su fuerte torso contra mí y me pega a la pared del despacho. Gimo en respuesta ante sus gestos, el capitán bombón besa con una maestría increíble.

Siento como separa su mano de mi nuca y se quita la chaqueta del uniforme sin dejar de besarme, oigo un leve gruñido de protesta cuando tiene que separarse levemente para quitarse el chaleco.

Es entonces cuando aprovecho para deleitarme con la imagen de Kuroo desnudándose, él me observa con esa magnética y arrogante mirada mientras se quita la prenda. Obviamente sabe que me gusta lo que estoy viendo y le agrada comprobarlo.

Kuroo Tetsuro es un arrogante irresistible y está tan bueno que consigue que moje mi ropa interior sólo con mostrarme parte de su torso. Joder, siento como mi respiración se acelera y mi piel se eriza al verle quitarse la camisa, sus fuertes y musculosos brazos se tensan con cada movimiento y siento un calor arrollador crecer en mi vientre.

El muy canalla sigue sonriendo y desabotonándose la camisa muy a poco a poco, sin dejar de mirarme con esos ojos dorados que parecen emanar el mismo calor que destila mi cuerpo con sólo mirarle. Estoy como hipnotizada ante él y no puedo evitar morderme el labio inferior cuando por fin, acaba de desbotonarse y estira los brazos hacia atrás para quitarse la prenda.

Santa mierda.

Me muerdo aún más fuerte el labio para evitar dejar salir un gemido de deseo. Mi capitán bombón tiene un torso espectacular digno de un dios de la lujuria, ¿O quizás del pecado? Poso mi mirada sobre esos fuertes pectorales y la bajo embelesada para contemplar una perfecta línea de definidos abdominales que bajan hasta la cinturilla de su pantalón franqueados por las lineas de sus oblicuos que representan la perfección hecha carne.

Joder, Kuroo me encanta.

Él se acerca de nuevo a mi posición, ya no sonríe, pero puedo jurar que el brillo de deseo en sus pupilas de gato es aún más intenso.

—Mierda... Sara —me dice cuando se sitúa de nuevo enfrente mío pegando su pecho contra mí—. Cómo sigas mordiéndote el labio de esa manera tan jodidamente sexy, vas a hacer que rompa mis boxers favoritos —confiesa con una hermosa carcajada que me hace sonreír y relajarme un poco.

Es entonces cuando noto como su dura masculinidad presiona mi ingle y toda la relajación se va al carajo cuando vuelve a pegarme contra la pared y me besa de nuevo.

Esta vez su beso es más profundo, más desesperado y más caliente. Su lengua busca la mía con avidez, mientras que una de su manos se dirige a mi trasero para acariciarlo y sobarlo.

—Tienes el culo más sexy y bien puesto que he visto en toda mi jodida vida, Sara —murmulla cuando separa nuestros labios y los posa sobre mi cuello, justo al lado de mí oído —-. Mierda, es perfecto —gruñe con placer mientras me lo presiona con fuerza.

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