Ese tipo de chica [Freenbecky]

Capítulo 08

Mierda, me he quedado deleitándome con las actuaciones y pensando tanto en Becky, que me olvido de salir de aquí antes de que prendan las luces y empiecen a desalojar. Me levanto a toda prisa y abandono mi lugar al final de las butacas rogando al cielo porque Becky no se dé cuenta de que estoy aquí.

Pero es algo tarde, al salir me doy cuenta de que esta por pasar justo al lado del auto. Y no es tonta, sabrá que nunca me fui.

Me giro como si huir fuera la mejor opción, pero luego gruño porque no puedo dejar que se valla por su cuenta y tampoco que note lo nerviosa que estoy y delatarme. Así que me recompongo y llego hasta donde está ella.

—Hey, ¿terminó tu audición? —pregunto tratando de sonar casual.

Ella se sobresalta un poco porque no se había percatado que estaba cerca, y su gesto al principio me parece tierno, pero después, se torna seria y endurece su expresión.

—¿Qué haces aquí? —Su tono no es muy amable y sé que es lo que piensa. No es para tanto, sin embargo, no parece cómoda con la idea de que haya estado presente.

Yo me lo pienso un poco porque no pensé en una buena excusa ya que no creí que me atraparía, así que opto por decir la verdad. A medias.

—Yo nunca me fui —Sueno tan serena que me enorgullezco, aunque ella ahora parece irritada—. Fui a comer a un local a unas cuadras de aquí, deberías ir alguna vez, tienen los mejores croissants de Bangkok—. ¿Quieres que te lleve de regreso?

Ella se lo piensa, sé que está decidiendo si creerme o no, pero a pesar de eso, frunce el ceño y se acerca al auto en señal de rendición. Yo troto hacia las puertas para abrirlas antes de que se arrepienta y la oigo entrar y azotar la puerta con poca delicadeza.

—¿Y cómo ha ido? —Trato de iniciar de nuevo una conversación mientras arranco el motor, pero, ella se coloca el cinturón en silencio y yo no me pongo en marcha por que me pierdo en su perfil.

—No te incumbe —dice con simpleza e ignorándome. Yo frunzo los labios y me siento un poco decepcionada de que el trayecto de regreso no fue tan ameno como el de ida. Se ha vuelto a cerrar, y aunque me excita tener ese reto con ella, me preocupa que se haya arrepentido de bajar la guardia conmigo y vuelva a levantar esa barrera entre las dos.

Pero adivina que Becky Armstrong. Escalaria esa barrera con uñas y dientes por ti.

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Cuando llegamos ni siquiera me da las gracias. Sale del sedan y se dirige al elevador sin decir una palabra al igual que en todo el trayecto cuando quería comenzar una conversación. Me siento un poco decepcionada de su actitud, pero por un segundo agradezco la vista trasera que me ofrece mientras da zancadas rápidas y firmes lejos de mí.

Odio que se porte así, cuando creía que todo mejoraría entre nosotras después de que se abriera para contarme sobre la actuación y sus problemas económicos. Me duele pensar que se irá y no tendré oportunidad de conocerla mejor.

Lo que me lleva a arriesgarme. No puedo seguir jugando con ella a te fastidio, me fastidias.

Así que bloqueo el auto de Nam y corro tras ella.

Entro en el ascensor algo agitada por la pequeña carrera que emprendí para alcanzarla y le dedico una sonrisa mientras ella gira los ojos claramente irritada por mi presencia., pero no la dejaré ganar.

—¿Por qué de pronto estas tan irritada? —voy directa al grano. No sé de qué otra forma resolver esto.

Ella por fin se gira hacia mí, y su expresión es tan escéptica que no sé qué esperar como respuesta. Me mantengo firme y creo que hasta puedo lucir desesperada, pero no me importa.