Capítulo 20

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Freen parece analizarlo todo, si creía que se veía totalmente absorta cuando escribía, no puedo negar que su concentración al observar cada detalle de mi habitación es monumental.

Por un instante me siento invadida, me carcomen los nervios al verla hacer muecas mientras lee cada título de mi librero o cuando frunce el ceño mientras ve las fotos que traje conmigo y están sobre mi encimera, no puedo interpretar su rostro, sé que no debe ser nada malo, que es curiosa y que esto la emociona a un nivel que no puedo entender porque le dedica demasiado de su tiempo, al grado de que se siente como si me estuviera ignorando para estudiar mi habitación.

Ya estuvo aquí, aquel día que me confesó que le gustaba y nos besamos, aunque ese día fue un poco caótico y no había tiempo como ahora de poner atención a su al rededor. La entiendo porque yo también absorbí cuanto pude las primeras veces que entré a su habitación, de alguna manera esperaba conocerla mejor por medio de su decoración y su disposición de las cosas.

Me pregunto si ella también se sintió expuesta en esa ocasión como yo lo estoy ahora.

Freen deja por fin de husmear en mi librero y deja sobre la superficie un par de libros que tenía en sus manos, luego se voltea a mí y no sé lo que su rostro quiere expresar.

—Me sentí muy avergonzada cuando el otro día encontraste el relato que escribí sobre ti —me dice de pronto.

Y aunque recuerdo la ocasión, me descoloca un poco que eso sea lo primero que dice después de que se dedicó a inspeccionar mi espacio por lo que me pareció una eternidad

—No sé por qué, es obvio que no eres para nada del tipo inocente —continua.

Esboza una sonrisa altanera y pienso en que se refiere a lo que hemos hecho en la cama hace tan poco tiempo, incluso pienso que se debe a ese juego previo de provocaciones que tuvimos al inicio, pero luego la veo levantar uno de mis libros cuyo título pone "El infiero en tu piel".

—La mayoría de tu lectura es erótica y no sé porque me no me sorprende —comenta encogiéndose de hombros.

Abro la boca indignada mientras ella mueve sus cejas de arriba abajo sin importarle lo roja que debo estar por su comentario.

—No todas son eróticas Freen —trato de defenderme mientras ella suelta una risita—. Me gusta la literatura romántica.

—En especial cuando hay escenas de sexo —Abre el libro justo donde el separador marca una página que esta subrayada, lo había olvidado hasta que veo el resaltador amarillo cuando posa un dedo sobre la página dispuesta a leer. Me avergüenzo y no la dejo comenzar, me acerco a ella y le arrebato el libro antes de que lea la escena que obviamente resalté con intención—. Oye, estaba leyendo eso.

—Solo quieres avergonzarme —le digo mientras coloco de nuevo los libros en su lugar y me giro para encontrarla sonriendo divertida.

—¿Te excita leer escenas eróticas? —se muerde el labio inferior y juraría que es ella quien se calienta a la más mínima provocación.

No puedo negárselo tampoco porque por algo remarco algunas páginas, pero justo ahora la imagen de ella mordiendo su labio es lo que hace que se me atore la respiración.

No entiendo esta tensión que se genera de la nada siempre que estoy sola con ella. Eso provoca ella en mí

—Creí que te había quedado claro el otro día —me acerco a ella y sonríe con suficiencia.

—Supuse que solo era porque se trataba de algo sobre ti —dice.

—Eso tuvo un plus —admito en un susurro rodeándole el cuello con mis brazos y haciendo que me tome por la cintura.

Ese tipo de chica [Freenbecky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora