III. ¿Encima?

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Narra Gavi
Me desperté notando un peso en mi pecho, Carla, ¿que coño hacía Carla dormida en mi cama? Ayer solo le dije que se quedará hasta que me durmiera, no que se quedase a dormir. La aparte bruscamente. Me caía fatal no quería que durmiera conmigo. Me la suda que ayer se preocupara por mi, solo me dio un bajón puntual, ni tenia porque.

-¿Que coño haces tío?- dijo enfadada por como la había apartado.

-No que haces tú dormida en mi cama- el dije yo de la misma manera.

-Me debí de quedar dormida ayer mientras te calmabas- dijo ya un poco más tranquila.

-Me da igual yo no te dije que te quedarás a dormir, es que no se ni porque te dije que te quedarás si me caes mal- solté si más.

-Vete a la mierda- se levantó para irse, me daba igual, era la verdad, me caía mal y yo a ella también, no se porque se enfadaba.

Me puse unos pantalones cortos negros de chándal y una camiseta blanca básica. Baje a bajo y estaban los dos hermanos.

-Buenos días- dijo pedri amablemente.

-Buenos días- dije cogiendo una taza para hacerme un café. Sin embargo Carla no dijo nada, mejor.

-Me tengo que ir un momento a hacer un par de recados, ahora vuelvo ¿vale?- dijo mi mejor amigo. Genial, me tenía que quedar con la pesada esa.

Desayunamos en silencio, de repente de levanto, dejo su plato en la lavavajillas y subió arriba. Al rato bajo vestida, llevaba unos pantalones pegados al cuerpo negros y un top azul con la espalda cruzada. Mentiría si dijese que no me parecía muy guapa, pero eso no le quitaba lo pesada y cansina que es.

-¿Donde vas?- dije yo.

-¿Que más te da?- dijo borde, puta niñata

La ignore y seguí a lo mío.

-Dile a mi hermano que no vengo a comer- dijo saliendo por la puerta.

-Vale.

Me terminé el café y me fui a ver la tele, teníamos entreno por la tarde así que tenía la mañana libre. Al rato sentí la puerta abrirse, era Pedri.

-¿Y mi hermana?- preguntó.

-No lo sé, no me ha dicho donde, solo me ha dicho que no venía a comer.

-Vale, ¿que te apetece comer?- me dijo.

-Lo que quieras hermano, me da igual- dije.

Preparo una ensalada de pasta, al set deportistas teníamos que seguir una dieta saludable. Estábamos comiendo cuando sonó el timbre.

-Voy yo- dije

-Vale.

Abrí y allí estaba Carla. No dijo nada y entró.

-Hola eh- le dije siguiendola hacia el comedor.

-Hola tete- fue corriendo a abrazarlo, vale solo está enfadada conmigo, pero me la pela.

-Tata- dijo él -¿donde has estado?- preguntó.

-Me fui a dar un paseo por la playa- dijo sin más.

-¿Os apetece hacer algo esta noche?- dijo pedri.

-Vale- accedí yo

-Buf, no se- dijo Carla -Me da un poco de pereza- mejor, así ni molesta.

-Venga tataa- insistió su hermano.

-Bueeeno, vaalee voy pero cuando me cansé me piro- dijo, genial la pesada iba a estar.

-Oye me voy a hechar un rato que estoy muerto, hablar un poco a ver si os hacéis amigos o algo.

Narra Carla
Amiga de este gilipollas? ni de coña vamos, antes me hago amiga de un león. Mi hermano subió a su cuarto, yo iba a hacer lo mismo pero una voz me frenó.

-Tú, morena- ¿morena? ¿quién coño se cree para llamarme así? -No sé que coño te pasa conmigo pero no tienes motivos para estar así- pero, ¿y este imbecil?

-¿Que no tengo motivos?- pregunté enfadada, me molestó mucho que dijera eso -¿Que me echaras de mala manera de tu cama después de haberme preocupado por ti y haberte calmado cuando estabas llorando no es motivo?- dije elevando un poco la voz, me estaba tocando ya los ovarios el niñato este.

-Pues no, nadie te obligó a quedarte conmigo, no tenías porque hacerlo- dijo de lo más tranquilo, gilipollas.

-¿Encima?- pregunté incrédula -¿Prefrias que te dejará allí tirado llorando en el suelo o qué?

-Que si Carla que si.

-Que te follen- dije y acto seguido me subí a mi cuarto. No aguantaría mucho más al anormal este.

Noa 💜

Quién lo diría | Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora