Capítulo 13: "Oye"

38 3 0
                                    

A la mañana siguiente, me despierto con los brazos de Sebastián alrededor de mi cuerpo. Yo me giro despacio para que no se despierte, le doy un beso en la frente y lo abrazo también. Él me abraza con más fuerza y yo no puedo evitar pegarme más a él.

Poco a poco abre los ojos y me sonríe, yo me pego aún más y lo beso. Este beso expresa demasiado deseo, noto como nuestras lenguas bailan al mismo ritmo, mientras Yatra baja un poco las manos hasta llegar más abajo de la cintura.  

De repente, él de alguna manera hace que yo me suba encima suyo, sin dejar de besarnos. Después de besarnos durante 5 minutos como unos adolescentes con las hormonas por los aires, Sebas me susurra al oído "Quítate la camiseta nena", yo le hago caso y por encima del sujetador me acaricia el pecho... 

30 minutos más tarde, ambos salimos del dormitorio bien despeinados y Vicky nos ve con cara pícara. Yo no puedo evitar sonreír tímidamente y ella no puede evitar reírse y darle un codazo a Yatra en el brazo.

—¿Lo habéis pasado bien eh?—dice ella traviesa.

—No te contaré detalles.—le digo sonrojada y muerta de vergüenza. Entonces Sebas me acaricia la espalda y un terrible pero rico escalofrío me recorre toda la espalda. Nada más sentir ese escalofrío me levanto, agarro a Sebas del brazo, lo atraigo hacia mí y lo beso de nuevo.

—Oye, tortolitos, si tenéis tantas ganas, iros a la cama.—dice Vicky mientras se come una rebanada de pan con Nutella. Los dos entramos en carcajadas y Sebas dice:

—Nah, ya suficiente nos hemos quitado las ganas—dice él picarescamente.

—No necesito detalles, gracias.—dice recogiendo el plato y saliendo de la cocina.

—Espera Vicky, tenemos que empezar a buscar una casa y dejar este maldito hotel.—le digo.—Recuerda que nos queda un mes para que lo tengamos que dejar.—advierto.

—Siii, cierto, tenemos que buscar, pero mejor por la tarde, sí?—dice ella bostezando con la boca más grande que un oso.

—Está bien, más tarde buscamos.—digo.


Más tarde veo que me llaman, es Juana, mi hermana. La misma que me traicionó el día de mi boda, la misma que está embarazada de mi ex, la que fue amante de mi ex novio. Ella misma me estaba llamando. Si no fuera porque es mi hermana, no habría respondido, pero a pesar de todo es mi hermana y además está embarazada. Entonces contesto y nada más responder escucho sollozos.   

—¿Juana? ¿Estás bien?—le pregunto preocupada.

—T/N, menos mal que respondes, necesito hablar contigo y explicarte cosas, por favor vuelve a España.—dice ella sollozando.

—Pero Juana, no puedo volver a España, aquí estoy feliz.—le digo.—He rehecho mi vida.

—Por favor T/N, tu sobrina está apunto de nacer y quiero que su tía la conozca.—dice—Además tengo que explicarte y confesarte cosas muy importantes.

En ese momento me entraron los peores nervios, sentía un nudo en la garganta, un dolor de estómago. Fue increíble lo rápido que me puse nerviosa. Pero fuuuuu mantendré la calma, no será nada que me afecte a mi.

—Bueno, buscaré el vuelo más barato.—le dije seria. Entonces Vicky y Sebas me miraron curiosos y sorprendidos.

—Gracias T/N, en serio gracias.—dice sollozando aún más.

—Pero no llores por favor Juana.—cuando mencioné su nombre, Vicky se puso inquieta y le susurró algo a Sebas al oído. Entonces le cuelgo y les digo:

—Chicos, me voy a España, iré al nacimiento de mi sobrina.—les digo casi llorando—Ya os contaré pero primero ayudarme a buscar vuelos.—termino de decir.

—Vale, te ayudaremos a buscar vuelos a España, pero nos cuentas por favor.—dice Vicky.

—Está bien, pero T/N, te acompañamos.—dice Sebas cariñosamente agarrandome una mano. Entonces tiro de él y lo abrazo.

—Ehhh, y yo que?—dice Vicky celosa. Todos nos reímos y nos ponemos a buscar vuelos. 

—El más barato sale mañana.—dice Vicky.—¿No es muy pronto?

—No, está genial.—le digo convencida.—Compra mi billete.

—Espera T/N, voy contigo.—dice Sebas.

—Yo también.—responde Vicky.

—Vale, pues venga, a hacer las maletas.—digo con una sonrisa.

Entonces, Sebas se despide de nosotras, de Vicky con un abrazo y de mí con un beso de esos que te dejan con ganas de más. Vicky y yo nos ponemos a hacer las maletas, obviamente con canciones de Sebastián Yatra.

Más tarde, ya con todo listo, Sebas vuelve al hotel con su maleta. Yo lo recibo con un beso, lo dejo entrar y directamente vamos a la cocina para preparar la cena. Tenemos que madrugar muchísimo, el vuelo sale a las 4:15 de la mañana, por lo tanto, a las 2:45 nos tendremos que levantar para ir al aeropuerto. 

Una vez hemos cenado, Vicky se va a la cama. Sebas y yo nos quedamos recogiendo la cocina y besándonos un rato en la cama. Luego de un rato, nos quedamos dormidos abrazados. Esto es un sueño hecho realidad.

A las 2:45 de la mañana, suena la alarma, tanto la mía como la de Vicky. Todos nos levantamos y yo me voy a la ducha.

—T/N, te acompaño.—dice Sebas pícaro. Noté como mis mejillas empezaban a arderme en la cara.

—Sebas, no hay tiempo...—le digo entristecida pero dándole un beso.

Cuando salgo de la ducha, ya son las 3:05 de la mañana. Tenemos que salir enseguida del hotel. Saldremos sobre las 3:15, pero mientras, Vicky come algo y, Sebas y yo nos quedamos sentados en el sofá besándonos. Obviamente yo sentada en su regazo. LO AMO TANTO!!!

Se hace la hora de salir, Yatra llama a su chófer para que nos lleve al aeropuerto. Por el camino ponemos música de Sebas, y mientras Vicky duerme, Sebas y yo la pasamos cantando a todo volumen todas sus canciones.

Cuando llegamos al aeropuerto, son las 3:50 de la mañana. Como nos queda poco tiempo, ya tenemos que ir a facturar las maletas y pasar por el control. En un momento se hicieron las 4:00 y ya estábamos subidos en el avión. Vicky se puso en la ventanilla (porque se marea mucho), yo en medio y Sebas en el asiento al lado del pasillo. 

En un momento todos nos dormimos, sabiendo que el viaje son 12 horas de vuelo. Más tarde, nos despertamos y nos anuncian que queda nada más una hora para llegar. Vicky sigue durmiendo (dormilona como un perezoso) y Yatra y yo pasamos el resto del viaje hablando y dándonos besitos.

Una hora más tarde, cuando ya todos estamos despiertos, nos damos cuenta que estamos aterrizando y en menos de lo esperado ya tenemos las maletas con nosotros. Me dijo Juana que nos estaría esperando. Y ahí estaba ella, sentada con la cara llena de lágrimas y con una pancita hermosa de embarazada. 

Desde que lo escuché cantar (Sebastián Yatra y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora