Capítulo 13

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Lía

Estoy muy emocionada de que pronto será mi cumpleaños, mis abuelas Elena y Kate vendrán para mi fiesta, ya quiero verlas, hace muchos meses que no las abrazo, solo nos vemos a través de videollamadas y ya quiero que llegue ese día.

Aunque yo me siento feliz y emocionada por mi cumpleaños, mi mamá parece un poco triste, no sé a qué se deberá, pero creo que he notado que es porque mi maestra no ha salido a verla en el portón, tras que le dijera su seudónimo, la maestra Milena pareció distraerse en otras cosas y me pareció que evitaba a mi mami, se miraba rara, pero después apareció y mi mami volvió a sonreír. Estuvo tan feliz que me dejo tener un gatito, el cual le puse pirata por que el pobre perdio uno de sus ojitos.

Yo me comenzaba a dar cuenta de que a mi mami le gustaba mi maestra Milena y que a mi maestra le pasaba lo mismo, me había dado cuenta de la manera tan diferente en que se miraban y en la que se sonreían. Pero mi mami era tan tímida que estaba segura de que si no era mi maestra quien le sacaba platica, ella solo se limitaría a observarla en silencio, aunque sé que no le disgustaría, mi mami amaba el silencio y la música a un nivel bajo.
Nuestra casa parecía una iglesia o una biblioteca, pero se me antojaba más a lo segundo, pues había muchos libros y reinaba el silencio, a veces me gustaba porque escuchaba el canto de los pájaros o cuando llegaba mi abuela o mi tía Carol, tenía muy buen oído y escuchaba el sonido de sus autos al llegar, también de esa forma mi mamá podía escucharme si le hablaba, a veces era demasiado protectora conmigo y otras dejaba que yo me defendiera sola.

Sé que decidí no compartir a mi mami con nadie, pero al ver como hablaba con mi maestra y verla emocionada como nunca antes, resolví ayudarla, mi maestra también se mostraba diferente con mi mamá, así que las ayudaría a que se hicieran novias. Una novia para mamá.

Sin que mi mami supiera, comencé a llevarle una manzana del diario a mi maestra y le decía que era por parte de mi mamá, yo ponía cara de inocente y tomaba asiento en mi lugar, mientras con discreción miraba la reacción de mi profesora. No me decepciono para nada, sonrió tan feliz como mi mami, ahora el detalle consistía en que darle a mamá de parte de ella.

Pero estaba segura de que, aunque no le diera nada a mi mami por parte de mi maestra, mi profesora sería capaz de hablarle de amor y yo tendria dos madres, Milena me caía bien y estaba casi segura de que seríamos felices.

―Mami y ¿Si invitamos a la maestra a mi fiesta de cumpleaños?

― ¿Quieres que venga?

―Sí, ella me cae muy bien ¿Podemos invitarla?

―Claro.

―Pero tú le das la invitación para que venga y le das la dirección de nuestra casa para que no se pierda.

Una novia para mamá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora