Encuentros Fatídicos [3/?]

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Es obvio, para todos, que Reynold Eckhart* no tolera ver a su hermano mayor. Habla con desprecio y enfado, Vinter Berdandi* junto al duque intentan hacer de mediadores cuando las cosas se ponen insoportablemente incomodas y Callisto Regulus*... Callisto* no sale de la habitación de Penelope*, sosteniendo su mano entre las de él mientras habla en voz baja, promesas de amor y suplicas para que no muera.

Penelope* despierta cada cuanto, victima del dolor y retorciendose en su cama mientras llora y suplica por un alivio. Esos son los momentos mas angustiosos para todos.

Ya llevan cuatro días en el pasado, el trabajo de investigar como volver a su tiempo ha recaído en Berdandi* y los demas estan en no las mejores condiciones.

Reynold* se ha encerrado desde la mañana en la habitación que se le dio en el ducado. Derrick* tiene prohibido entrar a la habitación donde las dos Penelope se estan quedando y el duque ha tenido que poner un guardía fuera de la puerta de su hijastra para evitar que Reynold* haga un escandalo por lo cerca que estan.

Este es el cuarto día que llevan en el pasado y las cosas no pintan muy bien:

"Hic, por favor, por favor, haz que pare" Penelope* le suplica a nadie en particular, encogiendose sobre si misma mientras llora, se agarra el estomago y tiene claros signos de estar sufriendo. El medico real, que ha sido traído del palacio del primer principe.

El medico estaba preocupado ¿Qué tipo de veneno había tenido que consumir para dar este resultado?

El principe heredero* acaricia con cuidado el cabello de Penelope*, susurrando garantías de que el dolor pasara pronto, que resista otro poco.

Solo una vez Callisto vio esto, en el segundo día, se dio media vuelta y se marcho de regreso al campamento de guerra, no creía ser capaz de ver a su otro yo tan arruinado por amor hacia una mujer que parecía estar a punto de morir.

Actualmente, Reynold* escuchaba el llanto de su hermanastra del otro lado de la puerta, tuvo que salir de su habitación en busca de mas alcohol, porque ningun sirviente se atrevio a entrar, Reynold* tampoco los quería dentro. Pero sus pasos lo terminaron trayendo aquí, quería entrar, hacer algo aunque sea sostener su mano y darle apoyo, pero era un cobarde.

No se atrevió a entrar, solo se quedó en silencio en la habitación, escuchando los gritos de Penelope* hasta que ya no pudo respirar por la angustia y se alejo apresuradamente.

Conocía la el ducado como la palma de su mano, ese conocimiento lo ayudo a alejarse de los gritos, salió de la mansión principal y camino hasta el jardin que estaba afuera del invernadero de cristal, en este tiempo aun estaba cerrado y su padre no lo abriría hasta después de la competencia de caza.

"Uff" Jadea, cierra los ojos e intenta concentrarse en algo que no sea de lo que escapo "¿Como-?

"¿Hermano?" Una voz infantil lo hizo sobresaltarse, se dio vuelta para ver a Penelope, la pequeña y joven Penelope, con un vestido purpura a lado de Emily. Oh, él recuerda a esa sirvienta.

"Penelope" La llama conmocionado.

Su corazón se retuerce y su traidor cerebro evoca el recuerdo del collar, recuerda haberlo tomado de la habitación de Yvonne y dejarlo en la de Penelope. Su cerebro recuerda las palabras en el ático

Me haces sentir peor que un esclavo

Y sabe, siempre supo de alguna manera, que era parcialmente su culpa la vida que Penelope* tuvo, no merece recibir esa mirada de preocupación y admiración. Sabe que no lo merece ¿Como puede Penelope verlo así cuando su yo adulta esta gritando en la mansión y él no puede hacer nada para ayudarla?

Historias Cortas [LMEEUFPLV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora