El lunes, Jimin llega a su trabajo muy temprano por la mañana. Ya han finalizado las clases, por lo que ahora trabajará tiempo completo.
Ese día, va a almorzar al comedor con los demás empleados del lugar, sin embargo, cuando va saliendo de ahí se encuentra con la directora del centro.
—¿Por qué no almuerzas en el comedor principal? —le pregunta.
—Prefiero hacerlo aquí —le responde él. La verdad es que Jimin ya no quiere encontrarse ni con Jeon Jungkook, ni con Yongsun.
—A partir de mañana debes almorzar en el otro comedor. No quiero tener problemas por esto, ¿de acuerdo?
—Está bien — le responde, extrañado del comentario final de la directora, pero pronto lo olvida.
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Y tal como se lo instruyeron, al día siguiente, Jimin va a almorzar al comedor principal. Al entrar divisa inmediatamente a Yongsun, quien lo mira por un segundo y le sonríe, aunque no lo saluda. Luego ve a Jungkook, quien está sentado muy cerca de Taehyung. Mientras Jimin los observa, Yongsun le toca el brazo.
—¡Ah! —me asustaste.
—¿Quieres sentarte conmigo? —le pregunta ella.
—Sí —le responde no muy convencido.
Ambos van a sentarse a la mesa en donde se encontraba sentada Yongsun.
—¿Cómo has estado, Jimin? —le pregunta ella con dulzura.
—Bien, aunque un poco desanimado.
—¿Por qué?
—Bueno, yo aún me siento mal por lo que pasó entre nosotros.
—Olvídalo, Jimin. Ya no estoy enojada contigo, además te he extrañado.
—Yo también Yonsung, tú eres una gran amiga, no quiero perder tu amistad.
—¿En serio? Creí que después de lo que pasó no querrías verme más.
—No, al contrario, quería saber de ti, me dolió que nos hayamos distanciado. Te prometo que nunca quise hacerte sentir mal.
—Está bien, Jimin ¿Podemos volver a ser amigos?
—Por supuesto, Yongsun.
—Al menos Jungkook ya no te molesta.
—Ah, sí...
—Encontró un noviecito.
—¿Qué? —pregunta incrédulo.
—Sí, míralos —Yongsun voltea a ver a Jungkook y Taehyung.
—¿Ellos... están juntos? —pregunta Jimin con recelo.
—Sí, he visto a Taehyung saliendo de madrugada de la habitación de Jungkook.
—¿De... madrugada? —pregunta Jimin sintiendo un revoltijo en el estómago.
—Sí, a veces sale muy tarde por la noche o en horas de la madrugada. Un día salió por la mañana. La cuestión es que duermen juntos todos los días, creo yo.
—Yonsung, debo irme.
—Pero no comiste casi nada, Jimin.
—Eh... no tengo apetito. ¡Nos vemos más tarde! —le dice mientras se levanta de la silla, mira de reojo a Jungkook, quien está de espaldas conversando con Taehyung y ni siquiera se percata de los movimientos del chico rubio.
Al salir del comedor, Jimin se siente desanimado. Ni siquiera enseñar música es una motivación para estar en ese lugar.
Esa noche, en la privacidad de su habitación, Jimin reflexiona sobre cómo se siente:
"Me empujó a salir del closet y luego me desechó solo porque no le respondí un beso. Ni siquiera se preocupa por saber cómo estoy o cómo me siento. ¡Ojalá nunca lo hubiera conocido!"
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Una semana después.
Ese lunes Jimin se siente enfermo. Le duele la garganta y tiene un poco de fiebre, así que decide quedarse en casa para ir más tarde al médico, por insistencia de su madre.
Al regresar de la cita médica, Jimin se acuesta y duerme hasta el día siguiente. Ni siquiera se inquieta por comer, aunque ya no se siente tan mal de salud. Los medicamentos han atenuado sus síntomas.
Al día siguiente se levanta de la cama cerca del mediodía.
—Hijo, ¿dormiste bien? —le pregunta su madre.
—Sí, mamá. Estoy muerto de hambre.
—No digas eso, Jimin.
—Lo siento, es una forma de decir.
—Estoy preparando el almuerzo.
—No te preocupes, voy a comer algo rápido porque debo salir.
—¿Salir? Pero Jimin, estás enfermo.
—Ya me siento mejor. Debo ir a hablar con el padre Juan.
—¿Pasó algo?
—Quiero preguntarle si puedo entrar antes al seminario.
—¿Por qué quieres entrar antes?
—Ya no quiero seguir trabajando, además, ir al seminario siempre ha sido mi plan.
Lo que la madre de Jimin no imagina es que los planes de vida de su hijo casi se vieron interrumpidos cuando éste conoció a Jeon Jungkook.
En todo caso, la visita hecha al padre Juan fue provechosa para Jimin, ya que acordaron que su ingreso al seminario será en dos semanas más. A pesar de que Jimin tiene dudas, no piensa en dar pie atrás en su decisión.
Dos días después, Jimin debe regresar al trabajo, pero decide tomarse la semana completa. Le desagrada profundamente la idea de volver a ver a Jungkook y Taehyung pegados todo el día como dos siameses. Los celos lo corroen, aunque no quiere admitirlo. Lo único que quiere es que llegue el día para encerrarse en el seminario y abstraerse de su realidad. Está confundido a tal nivel de que no se da cuenta de que las razones que lo motivan son las equivocadas.
—¡Jimin, ven a comer! —vocifera su madre desde la cocina.
—Ya voy —le responde.
Antes de que el joven rubio pueda sentarse a la mesa con su familia, el timbre suena.
—¿Quién podrá ser a estas horas? —se pregunta la madre, mientras Jimin se aproxima a la puerta.
Durante el segundo toque a la puerta, Jimin la abre y se encuentra inesperadamente de frente con Jeon Jungkook, dejando boquiabierto al blondo chico, quien siente un escalofrío recorrer su espalda, mientras el pelinegro lo mira con el ceño fruncido.
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NO ME DEJES CAER EN LA TENTACIÓN - Kookmin
FanficJimin tiene un plan para su vida: cuando cumpla la mayoría de edad, ingresará al seminario para ser sacerdote, pero dos meses antes de su cumpleaños número 18, conoce a un hombre diez años mayor, quien hará hasta lo imposible para convencerlo de aba...